Dos versiones en su debut
El lanzamiento del Porsche Cayenne Electric se articula inicialmente con dos variantes: Cayenne Electric y Cayenne Turbo Electric. Ambas recurren a tracción total mediante el sistema Porsche Traction Management (ePTM), una evolución adecuada al universo eléctrico que garantiza una entrega de potencia precisa y adaptable. Porsche apuesta así por ofrecer desde el primer día un abanico de opciones que cubre desde el acceso a la gama hasta la altísima performance que caracteriza a sus versiones Turbo.
A lo largo de 2026 llegará la carrocería Coupé, y la marca alemana confirma que trabaja en más derivaciones, anticipando que el Cayenne Electric será una familia amplia y estratégica dentro del catálogo futuro.

Seguirán las versiones térmicas
Un dato significativo: pese a la ofensiva eléctrica, Porsche mantendrá en paralelo los motores de combustión y los híbridos enchufables. La actual generación térmica seguirá evolucionando y comercializándose hasta bien entrada la próxima década, una decisión que subraya la relevancia del Cayenne en todas sus formas.
Tres innovaciones que marcan la diferencia

La firma alemana destaca tres avances clave que posicionan al Cayenne Electric como referente tecnológico. En primer lugar, una batería de 113 kWh de nuevo desarrollo, refrigerada por ambos lados para optimizar la estabilidad térmica y permitir un uso intensivo sin mermas de rendimiento. En segundo lugar, la refrigeración directa por aceite del motor trasero, que garantiza una potencia sostenida incluso en condiciones extremas. Y en tercer lugar, la nueva filosofía de interfaz Porsche Digital Interaction, un paso adelante en la conexión entre coche y conductor.
Todo ello se asienta sobre una evolución de la Plataforma Eléctrica Premium con arquitectura de 800 voltios, pensada para ofrecer mayor eficiencia, cargas rapidísimas y un comportamiento dinámico fiel al ADN de la marca.
Prestaciones de vértigo
El apartado prestacional es, una vez más, un golpe de autoridad de Porsche. El Cayenne Turbo Electric desarrolla hasta 1.156 CV (850 kW) con Launch Control, con un 0 a 100 km/h en apenas 2,5 segundos y una velocidad máxima de 260 km/h. Gracias a la función Push-to-Pass puede sumar 176 CV extra durante 10 segundos, una herramienta tan espectacular como útil en adelantamientos.
La versión estándar no se queda atrás: 408 CV en uso normal, 442 CV con Launch Control y 0 a 100 km/h en 4,8 segundos, suficiente para situarlo entre los SUV eléctricos más rápidos del mercado.

Con pesos de 2.525 kg y 2.645 kg respectivamente, el reparto de masas está optimizado por la ubicación de la batería —unos 600 kilos— en el suelo del vehículo. El centro de gravedad es sensiblemente más bajo que en un Cayenne térmico, lo que asegura una dinámica más ágil y controlada.
Autonomía y carga de la batería
Uno de los argumentos principales del Cayenne Electric es su autonomía: hasta 642 kilómetros WLTP en la versión básica y 623 en la Turbo. Más relevante aún es la velocidad de carga. Gracias a la tecnología de 800 voltios, admite hasta 400 kW en corriente continua, lo que permite pasar del 10 al 80 por ciento en menos de 16 minutos. En apenas 10 minutos puede recuperar 325 kilómetros de autonomía.
Porsche incorpora puertos de carga en ambos lados del vehículo, modo Silent para cargas nocturnas y compatibilidad con Plug & Charge. A ello suma un avance que redefine el confort doméstico: la carga inductiva opcional, capaz de suministrar hasta 11 kW sin cables y con una eficiencia superior al 90%. Basta con estacionar el vehículo sobre una placa instalada en el garaje para que, de forma automática, comience a cargarse.

Capacidad de remolque y robustez
El Cayenne Electric conserva una de las capacidades que más aprecian los propietarios del modelo: remolcar hasta 3,5 toneladas. La plataforma reforzada, la gestión térmica avanzada y la arquitectura de transmisión permiten igualar la capacidad de los modelos de combustión, demostrando que la electrificación no implica renunciar a la versatilidad.
Los motores traseros, desarrollados por Porsche y ensamblados en Zuffenhausen, integran la refrigeración directa por aceite que distingue a este SUV. Se trata de una mecánica diseñada no solo para el rendimiento, sino para la durabilidad en usos exigentes.
Habitáculo más grande y digital
El interior del Cayenne Electric se presenta como un salto generacional. La nueva filosofía Porsche Driver Experience ofrece la mayor superficie de visualización en un modelo de la marca, con una pantalla OLED curva, un head-up display con realidad aumentada y un sistema de control por voz con inteligencia artificial. La llave digital, las aplicaciones integradas, el streaming e incluso juegos completan un entorno de conectividad absoluto.

El confort también gana terreno: la distancia entre ejes crece 13 centímetros, aumentando sensiblemente el espacio trasero. Los asientos posteriores cuentan con ajuste eléctrico y la capacidad del maletero alcanza los 1.588 litros, a los que se suman 90 litros en el compartimento delantero. El techo panorámico con Sunshine Control y los modos de iluminación ambiental crean un espacio versátil y premium.
Aerodinámica activa y nueva identidad visual
Exteriormente, el Cayenne Electric establece un nuevo lenguaje. Un coeficiente aerodinámico de 0,25, faros Matrix LED, puertas sin marco y una línea de techo afilada transmiten deportividad y eficiencia. En la versión Turbo, las aeroblades traseras activas complementan la aerodinámica adaptativa.

El Cayenne Electric no es solo un nuevo modelo: es un hito estratégico. Una reinterpretación del SUV que salvó a la marca alemana hace dos décadas, ahora transformado en un emblema de la era eléctrica. Un Porsche de pleno derecho que mira al futuro sin olvidar de dónde viene.







