Para Víctor Gómez, el automóvil siempre ha sido algo más que un medio de transporte. Director general de una importante distribuidora de coches en Puerto Rico y apasionado confeso de Porsche, su relación con la marca alemana se mueve en el terreno de la emoción, la historia y la perfección técnica. Esa combinación ha alcanzado ahora su máxima expresión con un proyecto único: la restauración integral de su Porsche Carrera GT y su reinterpretación estética inspirada en uno de los iconos absolutos del automovilismo, el Porsche 917 Salzburg ganador de Le Mans en 1970.
El mítico 23 que triunfó en Le Mans
La historia comienza en Salzburgo, una ciudad universalmente asociada a la música, la arquitectura barroca y los célebres Mozartkugeln, pero también profundamente ligada a la competición. Allí, en el concesionario Porsche Alpenstrasse, se prepararon los 917 que marcaron un antes y un después en la historia de la marca. El más famoso, el dorsal 23 pilotado por Hans Herrmann y Richard Attwood, dio a Porsche su primera victoria absoluta en las 24 Horas de Le Mans, inaugurando una era de dominio en la resistencia.
Cinco décadas después, esos colores rojo y blanco han regresado a la vida sobre una base radicalmente distinta: un Carrera GT con veinte años de historia que Víctor Gómez confió a los especialistas de Sonderwunsch bajo el programa Factory Re-Commission.
El encargo no era sencillo. Se trataba no solo de devolver al superdeportivo a un estado técnico equivalente al de un vehículo nuevo, sino también de adaptar una decoración mítica, concebida para un prototipo de competición, a las complejas formas y proporciones de uno de los Porsche de calle más extremos jamás fabricados.
Un Carrera GT ‘cero kilómetros’
El proceso comenzó con un desmontaje completo del vehículo. Cada componente fue revisado y restaurado con el máximo rigor, desde el chasis de fibra de carbono hasta el corazón del modelo: el motor V10 atmosférico de 5,7 litros, derivado directamente de la experiencia de Porsche en Le Mans. Tras la revisión exhaustiva, el Carrera GT fue ensamblado de nuevo, documentando cada paso para certificar su condición de ‘cero kilómetros’.
La fase estética requirió un trabajo casi artesanal. Antes de que la primera gota de pintura tocara la carrocería, se realizaron bocetos, renderizados y pruebas dinámicas con cinta adhesiva para asegurar que las líneas del diseño Salzburg fluyeran con naturalidad sobre el coche. El resultado final, pintado a mano en rojo Indian y blanco, con el icónico número 23, está protegido por una lámina transparente que permite a Gómez disfrutar del coche en carretera abierta, en su Puerto Rico natal, sin comprometer el acabado.
«El nivel de pasión y atención al detalle ha sido extraordinario«, afirma Gómez, que visitó en varias ocasiones las instalaciones de Porsche en Alemania para seguir de cerca el proyecto. «Hoy tengo un Carrera GT en perfecto estado, exactamente como siempre lo imaginé, tanto por dentro como por fuera». señala.
Personalizado de arriba a abajo
Ese ‘por dentro’ es tan protagonista como el exterior. El habitáculo ha sido completamente personalizado con Alcantara en rojo Indian, presente en el salpicadero, los paneles de las puertas, el volante y la consola central. Incluso el maletero delantero y el juego de maletas a medida están revestidos en este material, creando una continuidad cromática tan atrevida como elegante.
Como contrapunto, el carbono negro mate aparece en elementos clave del interior y del exterior, desde las carcasas de los retrovisores y el difusor trasero hasta las cubiertas de los asientos y la instrumentación.
El uso de tejido FIA ignífugo, heredado del 918 Spyder, en los asientos subraya la conexión directa con la competición, un hilo conductor que atraviesa todo el proyecto. No se trata de una simple decoración nostálgica, sino de una reinterpretación contemporánea del espíritu de Le Mans aplicada a un superdeportivo que, cuando se lanzó en 2003, era uno de los coches de serie más rápidos del mundo (historia de este modelo).
Con este Carrera GT Salzburg, Víctor Gómez no solo ha cumplido un sueño personal. Ha demostrado hasta dónde puede llegar el programa Sonderwunsch de la marca alemana cuando la historia, la técnica y la visión del cliente se alinean. El resultado es una pieza única que honra el pasado de Porsche, celebra su ingeniería y sigue escribiendo su legado… kilómetro a kilómetro.
Fotos: Porsche.
