En muchos coches se pueden observar unas graciosas pegatinas que muestran a toda la familia, desde los padres hasta las mascotas. Y lo cierto es que parece una costumbre inofensiva, un simple adorno para expresar su personalidad.
Sin embargo, lo que llevas pegado en el cristal trasero puede estar diciendo mucho más de ti de lo que imaginas. Rubén, agente de la Guardia Civil, se muestra preocupado, y no es el único. De hecho, muchas voces advierten sobre el peligro que implican, ya que podrían ser la llave que un delincuente necesita para entrar en tu vida.
El peligro de dar demasiada información sin darte cuenta
Cuando decides decorar tu coche con estas pegatinas de familia, lo haces con toda la ilusión del mundo. Quieres mostrar con orgullo quiénes forman tu núcleo familiar. El problema es que, para un profesional del crimen, esa pegatina no es una decoración, sino un informe detallado. La Guardia Civil ha detectado que estos adhesivos están revelando datos sensibles a pie de calle. No se trata de una cuestión de tráfico ni de una norma que te vaya a costar una multa, sino de la seguridad de tus hijos y la integridad de tu hogar.
Imagina que vas conduciendo y te detienes en un semáforo. Cualquiera puede saber cuántas personas viven en tu casa, si tienes un hijo o dos, si son niños o niñas, y si tienes una mascota que pueda vigilar la casa o no. A veces, las pegatinas son tan específicas que incluyen accesorios. Si una de las figuras lleva una raqueta de tenis y otra un balón de fútbol, el delincuente ya sabe qué actividades extraescolares realizan tus hijos. Si la figura del padre lleva un uniforme de trabajo o un maletín, puede incluso intuir tu profesión y, por tanto, tu nivel adquisitivo o tus horarios probables.
Cómo usan tus pegatinas los delincuentes
La forma en la que los delincuentes aprovechan esta información es mucho más sofisticada de lo que podrías pensar en un primer momento. Las autoridades de seguridad ciudadana han analizado varios escenarios donde estos dibujos se convierten en una trampa.
El primer paso de cualquier robo o delito planificado es la vigilancia. Un delincuente puede ver tu coche en el parking de un centro comercial y tomar nota de la composición familiar. Conocer el número exacto de hijos y sus edades aproximadas le permite empezar a cruzar datos. Hoy, es muy fácil que alguien que vea tu coche intente buscarte en redes sociales basándose en el modelo de vehículo y los datos de la familia que ha visto en el cristal.
Además, estas pegatinas pueden dar pistas sobre cuándo está vacía tu casa. Si el adhesivo muestra que tienes dos niños pequeños y un perro, el delincuente sabe que hay horarios de salida y entrada, como el horario escolar o las horas de paseo de la mascota. Es una información que les facilita la tarea de planificación para un robo en tu vivienda. Saben que durante ciertas horas del día, las probabilidades de que la casa esté desierta son muy altas. Es irónico pensar que algo que pusiste para celebrar a tu familia sea lo que ayuda a alguien a saber cuándo no estáis protegidos en vuestro hogar.
El riesgo más alarmante para los menores de edad
Si bien el robo en el domicilio es una preocupación importante, lo que de verdad quita el sueño a agentes como Rubén es la seguridad de los más pequeños. Un delincuente con malas intenciones, como un secuestrador o alguien que busque ganarse la confianza de un menor, puede usar la información de las pegatinas como una herramienta de engaño.
Piensa en un extraño acercándose a tu hijo en un parque y diciéndole que es un amigo de papá o mamá. Si ese extraño conoce el nombre de la mascota porque lo has puesto en el coche, o sabe cuántos hermanos tiene el niño, tiene un poder de persuasión tremendo.
El niño, al escuchar datos que considera privados o familiares, puede bajar la guardia y pensar que esa persona realmente conoce a su familia. La Guardia Civil advierte que no debemos facilitar nunca el trabajo a quienes quieren hacernos daño. La privacidad es nuestra primera línea de defensa. Al poner esos dibujos, estás rompiendo esa barrera de seguridad y exponiendo la vulnerabilidad de tus hijos ante cualquier desconocido que camine por la calle o conduzca a tu lado.
La recomendación es tajante: si tienes una de estas pegatinas, quítala. No esperes a mañana ni pienses que en tu barrio no pasa nada. Los delincuentes se mueven y buscan oportunidades donde menos lo esperamos. Al quitar la pegatina, vuelves a recuperar una parte de tu privacidad que habías regalado sin darte cuenta. Tu coche volverá a ser un vehículo anónimo y tu familia estará un poco más segura simplemente por el hecho de no ser el centro de atención de miradas indiscretas.
