Durante los últimos años, los patinetes eléctricos se han convertido en una de las alternativas de movilidad urbana más populares en España. Son rápidos, cómodos, sostenibles y, sobre todo, prácticos para moverse por la ciudad sin depender del transporte público ni del coche. Sin embargo, su auge también ha traído consigo un aumento de accidentes, conflictos de convivencia en las calles y un vacío legal que ahora el Gobierno ha decidido cerrar de forma definitiva.
A partir de enero de 2026, los patinetes eléctricos tendrán una nueva consideración legal: pasarán a ser vehículos personales ligeros (VPL), y eso implica una serie de obligaciones que hasta ahora no existían. El cambio no solo busca aumentar la seguridad en las calles, sino también equiparar el uso de estos dispositivos al de otros vehículos motorizados. Entre los nuevos requisitos figuran el seguro obligatorio, el registro en la DGT, la matriculación visible y la homologación técnica. No cumplir con estos puntos podrá suponer multas de hasta 1.000 euros.
4Cómo afectará esto a los usuarios habituales de patinetes eléctricos
Para los millones de españoles que usan el patinete eléctrico como medio de transporte diario, esta nueva legislación supone un cambio profundo. En primer lugar, la mayoría de usuarios deberán registrar su vehículo y contratar un seguro, lo que implica trámites y un coste adicional.
También habrá que tener en cuenta el mantenimiento: solo los patinetes eléctricos en buen estado y con componentes homologados pasarán las inspecciones visuales y podrán circular legalmente. Esto significa que muchos modelos antiguos o de baja calidad, comprados por internet o importados sin certificación CE, podrían quedar fuera de la ley. En la práctica, la nueva normativa favorece a los usuarios que apuestan por marcas reconocidas y vehículos certificados, y desincentiva el uso de patinetes de bajo coste que no cumplen con los estándares de seguridad.








