Diciembre es un mes marcado en rojo en el calendario. Reencuentros, celebraciones, brindis interminables y un ambiente festivo que invita a bajar la guardia. Sin embargo, cuando el coche entra en escena, esa relajación puede convertirse en un riesgo real. La Navidad, y muy especialmente fechas como Nochevieja o Nochebuena, concentran algunos de los comportamientos más peligrosos al volante, aunque muchos conductores sigan pensando que “controlan”.
Los datos vuelven a poner la realidad sobre la mesa con crudeza. Uno de cada cinco conductores reconoce que conduce tras haber bebido alcohol durante las fiestas navideñas. Lo más preocupante no es solo la cifra, sino la percepción: la mayoría considera que «no pasa nada», que su conducción sigue siendo «normal». Un mensaje peligroso que choca frontalmente con las estadísticas de siniestralidad.
7Concienciación, la asignatura pendiente
En 2025 se cumplieron 40 años de la mítica campaña “Si bebes, no conduzcas”. Cuatro décadas después, el mensaje sigue siendo igual de necesario. Las iniciativas de concienciación, como las impulsadas por la Fundación Línea Directa, ponen el foco no solo en las cifras, sino en las actitudes y creencias que perpetúan el problema.
El reto está claro: cambiar la mentalidad. Dejar de normalizar el “no pasa nada” y asumir que cualquier cantidad de alcohol tiene consecuencias. Especialmente en fechas tan señaladas como Nochevieja, donde celebrar debería ser sinónimo de responsabilidad. Porque volver a casa sano y salvo también forma parte de la fiesta.
