Diciembre es un mes marcado en rojo en el calendario. Reencuentros, celebraciones, brindis interminables y un ambiente festivo que invita a bajar la guardia. Sin embargo, cuando el coche entra en escena, esa relajación puede convertirse en un riesgo real. La Navidad, y muy especialmente fechas como Nochevieja o Nochebuena, concentran algunos de los comportamientos más peligrosos al volante, aunque muchos conductores sigan pensando que “controlan”.
Los datos vuelven a poner la realidad sobre la mesa con crudeza. Uno de cada cinco conductores reconoce que conduce tras haber bebido alcohol durante las fiestas navideñas. Lo más preocupante no es solo la cifra, sino la percepción: la mayoría considera que «no pasa nada», que su conducción sigue siendo «normal». Un mensaje peligroso que choca frontalmente con las estadísticas de siniestralidad.
2Cenas de empresa: el primer gran foco
Si hay un evento que destaca por encima del resto son las cenas de empresa. El 45% de los conductores que bebieron y luego cogieron el coche lo hicieron tras este tipo de celebraciones. Un clásico del calendario laboral que, año tras año, se repite con el mismo guion: brindis, copas, sobremesas largas… y vuelta a casa al volante.
La mayoría bebe durante la propia cena, pero también son habituales los aperitivos previos y las copas posteriores. De hecho, más de uno de cada cinco conductores reconoce haber bebido en dos momentos distintos de la velada, y un pequeño porcentaje en los tres. Un cóctel peligroso que se normaliza bajo la etiqueta de “solo han sido un par de copas”.








