Luces de colores, mesas llenas de comida, brindis que se alargan más de la cuenta y carreteras que no entienden de celebraciones. En Cantabria, como en toda España, la Navidad transforma el ambiente, pero no las normas de circulación. Mientras el espíritu festivo se apodera de calles y restaurantes, el asfalto sigue siendo implacable con los errores. Especialmente cuando el alcohol entra en escena y alguien cree que «no pasa nada» por ponerse al volante.
Viajar a Cantabria durante las fiestas navideñas se convierten en un pequeño examen de responsabilidad: los datos sitúan a esta comunidad en lo más alto del ranking de conductores que reconocen conducir tras beber alcohol. Un cóctel peligroso que explica por qué, estas Navidades, las probabilidades de regresar a casa con una multa por alcoholemia son más altas de lo que muchos imaginan.
4¿Qué y cuánto se bebe en estas fechas?
El consumo de alcohol durante las celebraciones navideñas se reparte en distintos momentos. El 61% bebe durante la propia cena, el 48% lo hace ya en el aperitivo y un 26% continúa después, generalmente con copas o combinados. Uno de cada cinco conductores reconoce haber bebido en dos de estos momentos, mientras que un pequeño pero significativo porcentaje lo hace en los tres.
Por tipo de bebida, la cerveza y el vino siguen siendo las opciones más habituales. Avanzada la noche, las copas ganan protagonismo, lo que incrementa el problema. Un 7% de los conductores que optan por combinados admite haber tomado más de tres copas; una cantidad que garantiza un resultado positivo en un control de alcoholemia.








