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martes, 14 octubre 2025

Movistar recibe el beneplácito de la DGT y comienza a ofrecer este dispositivo obligatorio en 2026 con 12 años de conexión

La baliza V16 conectada sustituirá a los clásicos triángulos de emergencia. Movistar lanza su propio modelo con 12 años de conectividad integrada y la aprobación oficial de la DGT, garantizando visibilidad, seguridad y comunicación directa con los servicios de tráfico.

La seguridad vial está a punto de dar un salto importante. A partir del 1 de enero de 2026, todos los coches nuevos matriculados en España deberán llevar obligatoriamente una baliza V16 con conexión a la DGT 3.0, un dispositivo que sustituirá definitivamente a los triángulos de emergencia. Esta medida, aprobada por la Dirección General de Tráfico (DGT), pretende reducir el riesgo de atropellos en carretera y mejorar la asistencia a los conductores en caso de avería o accidente.

En este contexto, Movistar se adelanta al resto y se convierte en una de las primeras empresas en ofrecer su propia baliza conectada, respaldada oficialmente por la DGT. Su propuesta no solo cumple con la normativa, sino que además ofrece 12 años de conexión garantizada gracias a su red IoT (Internet de las Cosas), lo que la convierte en una de las opciones más avanzadas y seguras del mercado.

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Cómo funciona la conexión con la DGT 3.0

La luz de emergencia V16 geolocalizada más vendida anunciada en TV
Fuente propia

Cada vez que la baliza se activa, envía un paquete de datos encriptado a la nube de la DGT 3.0 con información básica: localización, hora y estado del vehículo. Este sistema de comunicación no requiere cobertura de datos convencional, sino una red segura y de baja energía que garantiza la transmisión incluso en zonas con poca cobertura móvil.

Una vez que el aviso llega a los servidores de la DGT, el sistema alerta automáticamente a otros conductores que circulen por la misma zona a través de navegadores, paneles informativos o sistemas conectados del vehículo. Así, se mejora la seguridad colectiva, reduciendo la posibilidad de colisiones secundarias o congestiones. Este es uno de los pilares del nuevo modelo de tráfico conectado que la DGT planea desplegar en los próximos años.

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