¿Utilizo la moto en invierno o mejor la ‘reservo’ para cuando vuelva el buen tiempo? Es la pregunta que se hacen muchos motoristas, sobre todo los que no suelen cogerla a diario. Lo cierto es que el frío, la lluvia y el viento no son los mejores aliados, porque en una moto estás completamente expuesto a la meteorología y no te puedes proteger como en un coche. Pero no necesariamente tienes que despedirte de las dos ruedas hasta que llegue la primavera.
El ‘secreto’, como para todo lo que tenga que ver con la seguridad vial, está en prepararte bien, llevar el equipamiento adecuado y aplicar el sentido común. Así podrás disfrutar de la moto sin poner en riesgo tu seguridad.
1Cómo evitar los riesgos de conducir una moto en invierno
En realidad, ninguna época del año (ni ningún vehículo) está exenta de riesgos. Sí que es verdad que el otoño y el invierno son más complicados por la lluvia, el asfalto mojado, el frío, que la calzada puede resbalar más y que la visibilidad se reduce considerablemente. Y por mucho que tengas años de experiencia encima de la moto, el cuerpo no reacciona de la misma manera cuando hace frío.
El mayor peligro es el asfalto mojado o resbaladizo como consecuencia de las hojas mojadas, la pintura de los pasos de peatones o las placas de hielo, sobre todo por la noche y a primera hora de la mañana. En todos estos casos, la mejor ‘receta’ es el sentido común, reducir la velocidad y conducir de forma más suave. Olvídate de los giros bruscos, los acelerones o los frenazos.
Otro ‘enemigo’ es la visibilidad. No tanto la tuya, porque si tienes la visera limpia no afecta en exceso, pero sí que puede ocurrir que otros conductores no te vean tan bien como en condiciones normales. Para eso, sigue estos tips:
- Mantén siempre los faros limpios y en buen estado.
- Asegúrate de que el casco tenga una pantalla antivaho o pinlock.
- Aumenta la distancia de seguridad, evita ‘colarte’ entre coches y los ángulos muertos.
Revisa también la presión de los neumáticos, porque el frío la reduce, y también el agarre. Utiliza neumáticos adecuados para lluvia, sobre todo si sueles recorrer carreteras de montaña o vives en una zona muy lluviosa, y evita circular con gomas demasiado duras o desgastadas.








