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viernes, 3 octubre 2025

Un millón de PHEV y subiendo: cómo Volvo se convirtió en el rey discreto de la electrificación

Mientras Tesla acapara titulares, Volvo ha vendido silenciosamente más de un millón de híbridos enchufables. Su secreto: no forzar el cambio

En algún lugar del mundo ya sea Estocolmo, Los Ángeles o Shanghái, un conductor arrancó el pasado mes de septiembre su Volvo sin saber que estaba haciendo historia. Porque el mes pasado la marca escandinava puso en el mercado su híbrido enchufable número un millón, un hito que dice más sobre el futuro de la industria automovilística de lo que parece. Porque en tiempos donde cada fabricante compite por proclamar quién será «totalmente eléctrico» primero -2030, 2035, 2040…-, Volvo ha elegido un camino diferente: dejar que sean los clientes quienes marquen el ritmo.

Esta redonda cifra se fundamenta en números y en una evolución con los años que demuestra lo acertado de la apuesta de Volvo. Los números revelan que en 2019, la marca escandinava vendió casi 46.000 híbridos enchufables. Para 2024, esa cifra se había multiplicado por cuatro: 177.000 unidades y durante la primera mitad de 2025, estos vehículos representaron el 23 por ciento de sus ventas globales, una proporción que ningún otro fabricante premium tradicional puede igualar.

El XC60 -el SUV medio de la marca- fue el híbrido enchufable más vendido de Europa en 2024. Un modelo que ha triunfado, junto al XC90, su hermano mayor, en mercados tan dispares como el sueco, el estadounidense y el chino. Un éxito que demuestra que la fórmula de combinar propulsión eléctrica con combustión tradicional es interesante en cualquier rincón del planeta.

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VOLVO XC90 T8 Motor16
Volvo XC90 T8. Foto: Volvo

Los clientes de los PHEV de Volvo conducen la mitad del tiempo en eléctrico

El secreto del éxito y lo que hace realmente interesante a los híbridos enchufables es poder conducir eléctrico cuando quieras aunque el motor de combustión está ahí cuando lo necesites. Y eso es lo que hacen los clientes de la marca, según los datos internos de Volvo: sus conductores usan el modo completamente eléctrico aproximadamente la mitad del tiempo. En entornos urbanos, aún más.

La apuesta de Volvo ha sido un paso lógico hacia el futuro, pues personas que consideraban no estar listas para un coche eléctrico están conduciendo eléctricos gran parte del tiempo. La seguridad del motor de combustión convence al comprador, pero luego la comodidad y economía del modo eléctrico seducen al conductor.

VOLVO XC60 Motor16
Volvo XC60 PHEV. Foto: Volvo

La relación de Volvo con los híbridos enchufables comenzó en 2012, cuando lanzó una versión diésel enchufable del V60 familiar. En aquel entonces, los PHEV eran bichos raros, juguetes caros para early adopters. Pero Volvo convirtió esa ‘excepción’ en regla. Durante años, fue el único fabricante global que ofrecía una versión PHEV de cada modelo de su gama.

Hoy la marca sueca ofrece híbridos enchufables en cinco modelos diferentes, complementados por seis vehículos completamente eléctricos. El recién lanzado XC70, además, va a marcar una nueva frontera gracias a sus más de 200 kilómetros de autonomía eléctrica bajo el ciclo de homologación chino CLTC. Para muchos conductores, eso es suficiente para semanas sin quemar una gota de gasolina.

Volvo XC70 PHEV
Nuevo Volvo XC70 PHEV. Foto: Volvo

Y el objetivo de la marca, aunque su horizonte declarado es la electrificación total, es seguir desarrollando esta tecnología. «Seguiremos actualizando y renovando nuestros híbridos mientras invertimos y crecemos en el segmento premium eléctrico», añade Severinson. «Esto permite más tiempo para que se construya la infraestructura de carga, facilitando la transición hacia un mundo completamente eléctrico».

Volvo Cars mantiene su ambición de convertirse en un fabricante completamente eléctrico. Pero ha aprendido que la sostenibilidad real requiere que la gente realmente compre y use los coches ecológicos. El millón de híbridos enchufables de la marca sueca en las carreteras evidencia que el pragmatismo vende, de que los consumidores recompensan a quienes les ofrecen opciones en lugar de ultimátums, de que el camino hacia la electrificación no tiene por qué ser una revolución traumática sino una evolución cómoda.

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