Contratar un seguro de coche es uno de esos trámites que muchos conductores hacen casi en automático: comparan precios, revisan por encima las coberturas y, si su coche vale la pena, eligen un “Todo Riesgo” pensando que así están protegidos pase lo que pase. Pero, como advierte Esther, mediadora de seguros con más de una década de experiencia, esta decisión no debería tomarse a la ligera.
Porque la realidad es que no todos los seguros “Todo Riesgo” son iguales. Hay diferencias importantes entre compañías, exclusiones que sorprenden al asegurado cuando más necesita cobertura y condiciones que pueden hacer que aquello que creías incluido… no lo esté. Y esos detalles, casi siempre, están en la famosa “letra pequeña” que la mayoría evita leer.
3Cuidado con los extras: lunas, neumáticos, llaves y coche de sustitución
No todos los Todo Riesgo incluyen coberturas que muchos conductores dan por hechas. Esther asegura que uno de los mayores “choques de realidad” para los asegurados llega cuando descubren que el seguro no cubre el robo de las llaves, la rotura de lunas especiales o los daños en neumáticos y llantas.
Otro punto relevante es el coche de sustitución, un servicio que se ha popularizado, pero que suele estar sujeto a condiciones: solo se ofrece en determinados talleres concertados, por un número limitado de días o únicamente si el siniestro está cubierto. Y ojo con los accesorios y modificaciones del vehículo: si no se declaran, la aseguradora puede negarse a cubrirlos. Como dice Esther, “el Todo Riesgo no es un pase VIP ilimitado. Hay que saber qué está dentro del paquete y qué no”.







