¿De verdad existen motores indestructibles? Los mecánicos que trabajan en talleres, como el protagonista de esta historia, han conocido cientos de vehículos de muchas marcas diferentes, mucho más si acumulan varias décadas de experiencia. Y sí, igual que hay motores que se han ganado a pulso la mala fama que tienen, otros se merecen por completo todo lo bueno que digamos de ellos.
«He abierto muchos motores en mi vida, y si el tuyo tiene este código lo hace indestructible«, señala Manuel. Hoy en día, los fabricantes utilizan cada vez más tecnología, y en muchos casos eso es lo que les termina penalizando. La clave, según este mecánico, es hacer motores sencillos, con pocos puntos débiles y hechos para durar. Sin turbos delicados ni electrónica excesiva.
¿Qué hace que un motor sea indestructible?

Lo primero que deja claro este mecánico es que no hay secretos ni fórmulas mágicas. La única receta es el trabajo bien hecho, aunque sí sabe reconocer cuáles son los factores que se repiten en los motores más longevos:
- Diseño simple con menos ‘cosas’ que se rompen: los mejores motores suelen ser atmosféricos, con un bloque robusto y una distribución sencilla. Nada de tener 20 sensores por cilindro o sistemas muy complicados.
- Materiales duros y probados: hierro fundido en el bloque, culatas resistentes, pistones que aguantan altas temperaturas. Muchos de estos motores se diseñaron pensando en durar décadas… no en ahorrar 300 gramos de peso.
- Mantenimiento ‘tolerante’: algunos motores modernos se rompen si no se les cambia el aceite religiosamente cada 15.000 km. En cambio, estos ‘tanques’ admiten cierto descuido. No es lo ideal, pero sobrevivían incluso en manos de conductores poco cuidadosos.
- Kilómetros sin miedo: mientras otros motores empiezan a dar problemas a los 200.000 km, estos parece que encuentran el mejor momento de su vida útil justo ahí. Hay taxis, furgonetas de reparto o todoterrenos que con estos motores han superado 500.000 km o más sin averías ‘gordas’.
- Pocas averías graves: no es solo que duren, es que cuando fallan, suelen ser cosas pequeñas y baratas. Nada de cadenas de distribución imposibles o culatas que se agrietan por diseño. Ni tener que desmontar medio coche para arreglar cualquier problema.
Los códigos que los mecánicos respetan (y por qué)

Hay motores que se han ganado a pulso la buena fama que tienen entre los profesionales y los amantes de los coches. Estos son algunos de los que destaca este mecánico:
- 1.9 TDI (Volkswagen, especialmente código ALH y ASV): sí, el famoso 1.9 TDI. Un diésel ruidoso, tosco… y prácticamente inmortal. Con bomba rotativa y sin demasiada electrónica, ha superado 600.000 kilómetros en miles de taxis europeos. Manuel lo tiene claro: «Si lo cuidas un poco, no se muere nunca».
- Motor Toyota 1NZ-FE (1.5 gasolina): atmosférico, sencillo y muy eficiente. Se montó en el Yaris, Corolla y Prius. Aguanta un ‘trote’ como muy pocos motores de gasolina. Tiene una cadena de distribución eterna y pocas averías graves.
- Mercedes OM602/OM603 (diésel de los 80 y 90): estos bloques de hierro son casi míticos. Eran lentos, sí, pero podían trabajar como camiones. Los W124 con estos motores todavía circulan por medio mundo.
- Honda K20 / K24: en el terreno gasolina, los Honda K-Series son un buen ejemplo de todo lo que está bien. Rinden bien, consumen poco aceite y resisten hasta 8.000 rpm sin despeinarse. Los encontramos en coches de calle y en versiones deportivas.
- PSA XUD 1.9: otro diésel ‘duro’. Lo llevaron Peugeot y Citroën durante años. Sin turbo (en algunas versiones) y con una mecánica casi agrícola. Ideal para hacer miles de kilómetros sin sorpresas.
- Motor Toyota 1NZ-FE (1.5 gasolina): atmosférico, sencillo y muy eficiente. Se montó en el Yaris, Corolla y Prius. Aguanta un ‘trote’ como muy pocos motores de gasolina. Tiene una cadena de distribución eterna y pocas averías graves.
¿Y hoy? ¿Quedan motores así? No muchos, pero sí algunos. Todavía hay fabricantes que apuestan por bloques más tradicionales en ciertos modelos, pero el problema es que la normativa anticontaminación ha metido mucha electrónica y turbo por todas partes.
Este mecánico destaca que hay motores muy fiables, como el 2.0 atmosférico de Mazda (Skyactiv-G) o el V6 diésel 3.0 de Toyota en sus pick-up. No son tan simples como los de antes, pero sí que mantienen esa filosofía de robustez.







