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miércoles, 17 diciembre 2025

Fernando (52), mecánico: ‘Más del 50% de los coches que se han llenado en este surtidor se han roto… o se van a romper’

Los coches más comunes en las carreteras españolas son también los que más fallan. Y el tipo de combustible tiene mucho que ver en ello.

Fernando lleva más de tres décadas con las manos manchadas de grasa. Tiene 52 años, es mecánico desde que salió del instituto y ha visto pasar por su taller miles de coches de todo tipo: nuevos, viejos, baratos, premium, diésel, gasolina, híbridos y, más recientemente, eléctricos. Su diagnóstico es tan directo como inquietante: muchos de los problemas que ve a diario tienen un origen común y evitable.

Apoyado en un surtidor de gas cercano a su taller, Fernando lanza una frase que hiela la sangre a cualquier conductor: «Más del 50% de los coches que se han llenado aquí se han roto… o se van a romper». Y no es una exageración gratuita. Sus palabras encajan con los últimos estudios sobre averías graves en España y ayudan a entender por qué el parque automovilístico español sigue siendo una bomba de relojería.

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El aviso oculto: los fallos medios

Fuente propia

Pero no todo son buenas noticias para los coches más nuevos. El estudio de Carly revela un dato clave: híbridos y eléctricos concentran un volumen muy alto de fallos de nivel medio. En concreto, un 52,18% en híbridos y un 43,42% en eléctricos. Problemas que no inmovilizan el coche, pero que pueden convertirse en averías serias si se ignoran.

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«Luces que se encienden, sensores que fallan, errores electrónicos… Muchos conductores los ignoran porque el coche sigue andando. Pero eso es pan para hoy y hambre para mañana», explica Fernando. Cuando esos coches envejezcan, advierte, esos pequeños avisos podrían traducirse en problemas tan graves como los que hoy afectan a los diésel antiguos.

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