Italia tiene un talento único para transformar la tradición en vanguardia, y el Maserati Grecale Tributo Il Bruciato es prueba de ello. Este modelo de edición limitada no solo une a dos referentes de la excelencia italiana —Maserati, emblema de ingeniería y diseño, y Marchesi Antinori, una de las familias vinícolas más antiguas y prestigiosas del mundo—, sino que rinde homenaje a la belleza y la identidad de una región: Bolgheri, joya de la costa toscana donde el arte de vivir se expresa en cada detalle.
El Maserati Grecale Tributo Il Bruciato es más que un vehículo; es un manifiesto del saber hacer italiano, una declaración de estilo y pasión por las cosas bien hechas. En palabras de Giovanni Perosino, director de marketing y comunicación de Maserati, «es el resultado de un proyecto exclusivo inspirado en la tradición, la innovación y la artesanía 100% made in Italy. Una expresión del programa Fuoriserie, que permite a nuestros clientes crear el coche de sus sueños con una combinación irrepetible de diseño, rendimiento y creatividad».

Un diseño inspirado en la naturaleza y el vino
El diseño del Maserati Grecale Tributo Il Bruciato está profundamente ligado a la naturaleza y al ciclo de la vid. Su carrocería luce un color exclusivo denominado Alchimia Scarlatta, inspirado en el movimiento del vino en una copa. Este tono, creado con un pigmento especial llamado Chromaflair, cambia según la luz, pasando de matices burdeos a reflejos dorados y frambuesa oscura. Una pintura viva, que parece transformarse a cada mirada, como si respirara el mismo aire que las viñas de Bolgheri.
Las llantas de 21 pulgadas —Pegaso Forgiati o Crio Fuoriserie, según configuración— acentúan la silueta atlética del SUV, mientras que las pinzas de freno negras y el emblema Fuoriserie en los guardabarros subrayan su carácter exclusivo.
El interior refleja la misma filosofía artesanal. Los asientos en cuero Tan y Rojo Oscuro, con costuras tono sobre tono y un distintivo patrón ‘cannelloni’, evocan la textura de los viñedos en plena cosecha. En los reposacabezas, el Tridente de Maserati bordado en rojo recuerda que este vehículo es, ante todo, una obra de arte en movimiento.
Cada detalle del habitáculo está pensado para convertir el viaje en una experiencia sensorial completa: el sistema de sonido Sonus faber Premium de 14 altavoces envuelve al pasajero con una acústica cálida, mientras el techo panorámico permite disfrutar del paisaje como si fuera un cuadro viviente. “A bordo se siente la misma armonía que en una copa de vino que cuenta la historia de su tierra”, resume Maserati en su presentación oficial. Todo sobre la última actualización del Grecale (aquí más información).
Un homenaje a Bolgheri y al arte de vivir

Bolgheri no es solo el origen de Il Bruciato, sino también una metáfora del espíritu del proyecto. Es una tierra donde el viento se mezcla con los aromas del mar y la uva madura bajo una luz que parece hecha para el arte. Renzo Cotarella, director general de Marchesi Antinori, recuerda que Il Bruciato nació en 2002, «un año difícil, marcado por la lluvia, del que surgió un vino moderno y accesible, una invitación a descubrir lo excepcional en lo cotidiano. Como en un gran coche, lo importante no es solo la perfección técnica, sino la capacidad de convertir cada día en algo extraordinario», señala.
En esa misma línea, Maserati y Antinori han querido capturar el ‘arte de vivir italiano’ —esa combinación única de elegancia, identidad y placer— en una experiencia compartida. Con su lema Driving the essence of Italian living, el Maserati Grecale Tributo Il Bruciato propone un viaje que empieza en la Toscana y puede continuar en cualquier lugar donde exista el deseo de belleza.
La unión de dos legados
La colaboración entre Maserati y Marchesi Antinori va más allá del marketing: es una celebración de la maestría y la herencia. La familia Antinori, con más de seis siglos dedicados al vino, encarna la misma filosofía que ha guiado a Maserati desde 1914: el respeto por la tradición unido a una búsqueda constante de innovación.

El vino Il Bruciato, producido en la Tenuta Guado al Tasso, es fruto de un terroir único. Las viñas crecen al pie del anfiteatro natural de Bolgheri, donde las corrientes de aire fresco nocturnas dotan a las uvas de una intensidad aromática inconfundible. Esa diversidad geológica y climática se traduce en un vino de carácter potente y equilibrado, que refleja el alma de su tierra igual que Maserati refleja la de Italia.
El diseño arquitectónico de la Cantina del Bruciato, creada por Fiorenzo Valbonesi, comparte ese mismo espíritu: una fachada de metal perforado que filtra la luz y el calor, en diálogo constante con el entorno. Innovación y tradición, tecnología y naturaleza, unidas en equilibrio perfecto.
El espíritu Fuoriserie: la personalización como arte
El Grecale Tributo Il Bruciato se enmarca dentro del programa Fuoriserie, la división de personalización de Maserati que permite a los clientes crear vehículos a medida, reinterpretando el lujo desde la autenticidad. Es una filosofía que devuelve a la marca su esencia artesanal, con coches que son tan únicos como sus propietarios.
Como afirma Giovanni Perosino, «cada curva cuenta una historia, cada trayecto se convierte en una experiencia». Este modelo, producido en una serie muy limitada, es precisamente eso: una oda al viaje entendido no solo como desplazamiento, sino como placer estético y emocional.
Dos iconos, una misma pasión

La alianza entre el fabricante italiano y Marchesi Antinori sintetiza el alma de Italia: pasión, elegancia y savoir-faire. El Maserati Grecale Tributo Il Bruciato es el punto de encuentro entre la precisión de la ingeniería y la poesía del vino, entre el rugido del motor y el silencio de las bodegas, entre la carretera y la tierra.
Cada unidad de esta edición especial lleva consigo un pedazo de Bolgheri, una invitación a disfrutar la vida con la intensidad de un vino y la emoción de un Maserati. Porque, como demuestran ambos emblemas, la excelencia italiana no se fabrica: se cultiva, se respira y se comparte.