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martes, 25 noviembre 2025

Carlos (40), jefe de taller: «Este es el mantenimiento que necesita tu coche en invierno»

El frío es el peor enemigo de un vehículo, y hay tres puntos críticos que separan un invierno tranquilo de una cara visita al taller.

Es lunes por la mañana y hace mucho frío, el termómetro marca apenas un par de grados y tienes el tiempo justo para llegar al trabajo. Te sientas en el coche, giras la llave y el coche no arranca. En ese momento ya es demasiado tarde, pero un buen mantenimiento invernal habría evitado que llegaras a este punto.

Carlos, jefe de taller, ha visto cómo el invierno se cobra demasiadas víctimas por no hacer las cosas bien. El frío no perdona a los conductores despistados, pero también asegura que evitar el noventa por ciento de estas situaciones es mucho más sencillo de lo que la gente cree. Solo hace falta prestar atención al mantenimiento de tres puntos clave.

Lo que más sufre con el frío

mantenimiento batería coche
Fuente propia/IA

La primera pieza que necesita un buen mantenimiento en invierno es la batería. De hecho, es la primera causa de asistencia en carretera durante los meses de frío. Cuando hace calor, la química de la batería es muy activa y el coche arranca sin problemas Sin embargo, el frío ralentiza esa reacción química. Si a esto le sumamos que el aceite del motor está más espeso por las bajas temperaturas y al motor le cuesta más girar, tenemos la tormenta perfecta. Le pedimos más esfuerzo a una batería que tiene menos fuerza que nunca.

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Muchas baterías llegan al invierno tocadas del verano anterior, pero el conductor no lo sabe. El calor evapora el agua del electrolito y daña la estructura interna, pero como el motor gira fácil con el calor, la batería aguanta. Llega el primer día de frío real y esa batería muere.

Carlos recomienda comprobar la carga antes de que lleguen las heladas fuertes. Si tu coche tarda un poco más de lo normal en arrancar por las mañanas, notas que las luces del cuadro de mandos parpadean al girar la llave o el sistema Start-Stop ha dejado de funcionar, tu batería te está pidiendo que la cambies antes de que sea tarde. Ignorar estos síntomas es la garantía de que necesitarás unas pinzas o una grúa en el momento menos oportuno.

Mucha gente piensa que la batería es eterna hasta que deja de funcionar, pero Carlos nos recuerda que tienen una vida útil limitada. A partir del cuarto o quinto año más o menos, una batería es una bomba de relojería en invierno. El frío intenso de la calle cuando lo aparcas en el trabajo o vas a la compra afecta, y mucho.

Un consejo adicional de Carlos es mantener los bornes limpios. A veces el problema no es la batería en sí, sino que la suciedad o el óxido impiden que la electricidad pase bien. Una simple revisión visual levantando el capó puede ahorrarte comprar una batería nueva si solo se trata de una mala conexión.

Mantenimiento de los neumáticos en invierno

mantenimiento neumáticos
Fuente propia

La segunda clave fundamental son los neumáticos. El jefe de taller se pone serio, porque mientras que un fallo de batería te deja tirado, un fallo en los neumáticos puede poner en riesgo tu vida y la de otros. Los neumáticos son lo único que te une al asfalto, cuatro puntos de contacto del tamaño de una mano abierta. Si eso falla, nada más importa. En invierno, el peligro se multiplica por la lluvia, el hielo, la nieve y las hojas en la calzada.

El primer punto crítico es la presión. Con el frío, el aire se comprime y ocupa menos espacio. Esto significa que, si hace dos meses que no revisas las ruedas, es muy probable que lleves la presión mucho más baja de lo recomendado sin saberlo. Un neumático con poca presión en invierno es peligroso porque pierde adherencia, el coche flanea en las curvas, aumenta la distancia de frenado y además dispara el consumo de combustible. Carlos sugiere revisar la presión al menos una vez al mes y siempre hacerlo con los neumáticos fríos para que la medición sea real.

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Más allá de la presión, está el estado de las gomas. La ley dice que el dibujo debe tener al menos 1,6 milímetros de profundidad, pero Carlos asegura que en invierno eso es insuficiente. Con mucha agua en la carretera o algo de nieve, un neumático tan desgastado no es capaz de evacuar el líquido y se produce el temido aquaplaning, donde el coche flota sobre el agua y pierdes el control de la dirección. Recomienda no apurar tanto y cambiar los neumáticos antes, sobre todo si vives en zonas de lluvias frecuentes. Además, nos recuerda que la goma de los neumáticos de verano se endurece cuando la temperatura baja de los siete grados, perdiendo agarre. Si vives en una zona muy fría, considerar neumáticos de invierno o all-season es una inversión en seguridad que notarás en cada curva.

Los fluidos vitales

mantenimiento fluidos
Fuente propia

La tercera y última clave del mantenimiento invernal, y que a menudo pasa desapercibida hasta que provoca una avería catastrófica, son los líquidos del motor. Mucha gente sigue llamándolo «agua del radiador», pero Carlos nos corrige inmediatamente. Echar agua del grifo al coche es un crimen, y en invierno todavía más.

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El líquido refrigerante tiene propiedades anticongelante, vitales en caso de temperaturas bajas. Si usaras solo agua o un líquido muy viejo que ha perdido sus propiedades, al bajar la temperatura por debajo de cero grados, ese líquido se congelaría dentro del motor. Al congelarse, el agua se expande y esa fuerza es capaz de rajar el bloque del motor o reventar el radiador y los manguitos. La reparación de una avería así puede costar más que el valor venal del coche. Por eso, Carlos insiste en que revises el nivel del vaso de expansión y, sobre todo, te asegures de que el líquido tiene la concentración adecuada para aguantar las temperaturas de tu zona. El color del líquido debe ser vivo, ya sea rosa o verde; si lo ves de color marrón o con óxido, tienes un problema serio que debes solucionar ya.

Junto al anticongelante, el aceite es el otro gran protagonista. En invierno, el aceite tiende a volverse más espeso, con una textura parecida a la miel. Cuando arrancas el coche por la mañana, ese aceite necesita unos segundos para llegar a todas las partes del motor y lubricarlas. Si el aceite es muy viejo o no es el adecuado para el frío, tardará demasiado en subir y el motor sufrirá un desgaste brutal en esos primeros segundos de funcionamiento. Carlos recomienda respetar los intervalos de cambio de aceite y filtro. Un aceite limpio y de calidad garantiza que, incluso a cinco grados bajo cero, tu motor esté protegido desde el momento en que giras la llave.

El invierno es duro, pero tu coche está diseñado para soportarlo si pones de tu parte. No esperes a que se encienda un testigo rojo en el cuadro de instrumentos. Si sigues estas tres claves de mantenimiento, podrás conducir tranquilo sabiendo que, haga el frío que haga fuera, tu vehículo está listo para llevarte a donde necesites.

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