En los últimos meses, muchos conductores han levantado la vista al llegar a un cruce y se han encontrado con algo inesperado: una luz azul encima del semáforo. No sustituye a los clásicos colores rojo, ámbar y verde, pero su presencia ha despertado la curiosidad de miles de usuarios que han comenzado a teorizar sobre su utilidad. En el mundo de los semáforos, cualquier detalle nuevo genera debate inmediato.
Las redes sociales no tardaron en llenarse de especulaciones. Algunos juraban que eran cámaras camufladas; otros, que si sensores para coches autónomos o una supuesta ‘cuarta luz’ que revolucionaría la señalización urbana. Sin embargo, estas luces azules ya presentes en Estados Unidos juegan un papel clave en la seguridad vial. Nada de futurismo gratuito: su función es tan sencilla como eficaz.
3Estudios que avalan su utilidad
La incorporación de estas luces no es fruto de la casualidad. El Departamento de Transporte de Minnesota evaluó su funcionamiento en distintas ciudades y concluyó que los accidentes derivados de saltarse los semáforos en rojo se redujeron un 33% en las intersecciones donde se instalaron. La Administración Federal de Carreteras corroboró más tarde el dato con estudios propios.
Esos informes impulsaron su expansión a otras localidades. Tras Florida, ciudades como Blaine, Crystal o Maplewood comenzaron a instalarlas, seguidas de áreas en Colorado, Dakota del Sur y Kansas. Según el IIHS, saltarse un semáforo en rojo es una de las causas más frecuentes de siniestros mortales en el país, con 1.086 fallecidos y 136.000 heridos solo en 2023. No es de extrañar que cualquier medida que facilite su detección se reciba con entusiasmo.








