Lucía tiene 32 años y trabaja desde hace cinco como técnico de ITV en una de las estaciones de la Comunidad de Madrid. Acostumbrada a lidiar cada día con cientos de vehículos, confiesa que el pasado verano se sorprendió con un dato que no esperaba: más del 80% de los coches que pasaron por las líneas de inspección superaron la prueba a la primera. Para alguien que conoce de primera mano los defectos más habituales de los automóviles, se trata de una cifra que no deja de llamarle la atención.
Ese “alucine”, como ella misma lo define, tiene un trasfondo muy revelador: cada vez más conductores se toman en serio el mantenimiento de su vehículo, conscientes de que la ITV no es un simple trámite burocrático, sino una herramienta vital para garantizar su seguridad y la de todos en la carretera. Y aunque todavía hay un porcentaje de coches que suspenden, el hecho de que la gran mayoría la supere en la primera revisión habla de un cambio de mentalidad que merece la pena analizar.
2Los fallos más comunes en la inspección

De los más de 134.000 defectos graves detectados en estos dos meses, el principal culpable fue el exceso de emisiones contaminantes, con un 29,8% del total. Un problema que, según los técnicos, suele aparecer en coches antiguos o en vehículos que no han seguido correctamente los planes de mantenimiento. “Muchas veces basta con una revisión del sistema de escape o un cambio de filtros para evitar el rechazo”, explica Lucía.
Tras las emisiones, los fallos en alumbrado y señalización representaron el 27,2% de los defectos graves. Algo tan simple como una bombilla fundida puede marcar la diferencia entre aprobar o suspender. En tercer lugar aparecen los problemas relacionados con ruedas, neumáticos, suspensión y ejes, que concentraron el 18,5%. Son fallos más serios, porque afectan directamente a la estabilidad del coche y, por tanto, a la seguridad de quienes viajan en él.