En cuestión de semanas, todos los conductores españoles deberemos llevar una baliza V-16 conectada en nuestros coches. La carrera por hacerse con una es frenética, sobre todo para evitar que la Guardia Civil nos ponga una multa por no contar con este equipamiento.
Sin embargo, las autoridades acaban de aclarar un punto clave que nos interesa mucho. Es verdad que a partir del 1 de enero de 2026 serán obligatorias, pero durante un tiempo no se va a sancionar a quien no las lleve.
1Una fecha innegociable: 1 de enero de 2026
El primer punto que hay que destacar es que, a pesar de los rumores y bulos que están apareciendo, no habrá prórroga. Las balizas V-16 empezarán a ser obligatorias en la fecha fijada. A partir del 1 de enero, los triángulos no servirán para indicar una avería en carretera. Desde ese momento, la baliza V-16 conectada a la plataforma DGT 3.0 será el único método legal.
No obstante, Pere Navarro, director de la DGT, también ha confirmado que los agentes de la Guardia Civil serán flexibles durante un tiempo, informando a los conductores antes de empezar a sancionar.
El objetivo principal de Tráfico, según sus propias palabras, es consolidar este sistema. Esto implica una fase inicial donde la prioridad no es recaudar, sino educar. Saben que la comunicación de la medida no ha sido perfecta y que muchos conductores todavía tienen dudas o ni siquiera se han enterado del cambio definitivo.
Por lo tanto, si te ves en una situación de emergencia poco después del 1 de enero y la Guardia Civil de Tráfico acude, lo más probable es que, si no llevas la baliza o llevas una que no es la conectada, recibas primero una advertencia, una explicación sobre la nueva normativa y una recomendación para que adquieras el dispositivo homologado lo antes posible.
Sin embargo, es importante recordar que esto no es una prórroga de la obligatoriedad, sino un margen de cortesía y flexibilidad en la aplicación de la sanción. La baliza debería estar en tu guantera desde el 1 de enero, pero no te van a sancionar con dureza desde el primer minuto. Es un gesto que busca la adaptación progresiva en lugar del castigo inmediato.
