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martes, 23 diciembre 2025

La Guardia Civil revisa el combustible de cientos de coches: No te asustes si te abren el depósito

Los agentes revisan a menudo el contenido de los depósitos cuando hacen controles rutinarios.,

Si te ha parado alguna vez la Guardia Civil en un control de carretera, ya sabes cómo funciona. Los agentes te piden el carnet y los papeles del coche, quizás te hacen una prueba de alcoholemia o revisan si llevas la ITV en vigor. Es lo habitual y lo que todos esperamos

 Sin embargo, existe una práctica que la Benemérita está intensificando y que toma por sorpresa a muchos conductores. No tiene nada que ver con tu velocidad ni con el estado de tus neumáticos, sino con lo que hay en el interior de tu depósito. Esta inspección técnica puede parecer extraña, pero tiene un motivo muy concreto que te podría costar una fortuna.

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Delito contra Hacienda y riesgo mecánico

Fuente propia

Además de la multa que te pondrá la Guardia Civil, este tipo de fraude puede escalar a niveles mucho más serios. Las autoridades pueden determinar que el uso continuado de combustible bonificado constituye un delito contra la Hacienda Pública. No solo estás usando un producto prohibido, sino que estás evadiendo de forma consciente el pago de los impuestos especiales que gravan el carburante.

Cuando se entra en el terreno de las sanciones fiscales, las multas pueden multiplicarse y los procedimientos legales se vuelven mucho más largos y complejos. Lo que empezó como un intento de ahorrar unos cuantos euros en cada repostaje puede acabar en un proceso judicial que se alargue durante años y que te obligue a pagar cantidades que superan el valor de tu propio coche.

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Además de las multas y los problemas con la ley, hay otro peligro que mucha gente ignora cuando decide usar combustibles no autorizados. Tu motor no está diseñado para funcionar con cualquier cosa. Necesita un combustible con unas propiedades muy específicas de viscosidad, lubricación y limpieza.

Cuando usas un combustible que no es el adecuado, los inyectores y otras piezas como la bomba de alta presión, los filtros de partículas y el catalizador pueden verse afectados. Reparar este tipo de averías suele costar entre 300 euros, si solo tienes que cambiar filtros, hasta más de 3.000 euros si tienes que sustituir inyectores o la bomba de alta presión.

Otro detalle a tener en cuenta tiene que ver con el seguro. Casi todas las pólizas del mercado excluyen explícitamente las averías causadas por el uso de combustibles no homologados o inadecuados. Si tu coche se queda parado en medio de la carretera porque has usado, la grúa te recogerá, pero serás tú quien se tenga que encargar de pagar la factura del taller. El seguro considerará que la avería ha sido provocada por una negligencia grave o un acto ilegal, por lo que no se hará cargo de nada.

Al final, sumando la multa de la Guardia Civil, el coste de la reparación y la falta de cobertura del seguro, ese gasóleo barato te habrá salido como si estuvieras repostando oro líquido.

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