Si te ha parado alguna vez la Guardia Civil en un control de carretera, ya sabes cómo funciona. Los agentes te piden el carnet y los papeles del coche, quizás te hacen una prueba de alcoholemia o revisan si llevas la ITV en vigor. Es lo habitual y lo que todos esperamos
Sin embargo, existe una práctica que la Benemérita está intensificando y que toma por sorpresa a muchos conductores. No tiene nada que ver con tu velocidad ni con el estado de tus neumáticos, sino con lo que hay en el interior de tu depósito. Esta inspección técnica puede parecer extraña, pero tiene un motivo muy concreto que te podría costar una fortuna.
1Qué busca la Guardia Civil en los depósitos
Lo que la Guardia Civil busca en el depósito de un coche es una muestra de combustible para comprobar su color y composición. En España, los carburantes están clasificados y gravados con impuestos de forma muy diferente según para qué se vayan a utilizar. Lo que los agentes quieren detectar es si se está cometiendo un fraude al utilizar un combustible que no corresponde.
El objetivo principal de estos controles es localizar el uso de gasóleo bonificado, conocido como gasóleo B, gasóleo rojo o agrícola. Este combustible está destinado en exclusiva a maquinaria de campo, tractores y ciertos vehículos industriales muy específicos
El problema viene cuando acaba en el depósito de un coche particular o una furgoneta de reparto. Para las autoridades, esto es un engaño directo a la Hacienda Pública porque ese combustible tiene muchos menos impuestos que el gasóleo A que repostas habitualmente en la gasolinera.








