La eterna duda sobre si la gasolina barata es realmente de fiar vuelve a escena, pero esta vez con una respuesta contundente. La OCU ha llevado a cabo uno de los análisis más exhaustivos de los últimos años para comprobar si las estaciones de servicio low-cost ofrecen combustible comparable al de las grandes cadenas. El resultado es claro: sí, la gasolina barata es tan buena como las demás.
En el estudio se han analizado 80 muestras de gasolina y gasóleo procedentes de estaciones de servicio de todo tipo: grandes nombres, redes medianas, low-cost e incluso gasolineras de hipermercado. Todo bajo parámetros oficiales de calidad, pruebas de laboratorio y estándares europeos. Y el veredicto no deja lugar a dudas: repostar gasolina barata no solo es seguro, sino que también puede suponer un ahorro importante a final de año sin sacrificar calidad.
3Parámetros de calidad: así se mide una buena gasolina
La gasolina debe cumplir estrictamente la norma EN 228, y tanto las grandes cadenas como las estaciones baratas superaron sin problemas los límites. Ninguna muestra presentaba contaminación, incumplimientos o indicios de fraude. Incluso se dieron casos llamativos: dos gasolinas de una misma cadena mostraban más diferencia entre sí que las comparadas entre una gasolinera cara y otra low-cost.
La ausencia de irregularidades se repite en todos los parámetros: niveles de azufre muy inferiores a lo permitido, densidades correctas, presión de vapor dentro de los límites y apariencias claras y brillantes. Los combustibles destilados no mostraron presencia de agua ni contaminación cruzada. Para el consumidor, esto significa que la gasolina barata no implica riesgo alguno para su vehículo.








