Al repostar, la mayoría no pensamos demasiado en lo que entra realmente en el depósito. Confiamos en que la gasolina que sale de la manguera sea de calidad, cumpla con la normativa y cuide del motor. Pero no siempre es así. En ocasiones, por desgracia, el carburante puede estar manipulado y acabar convirtiéndose en un problema grave para nuestro coche y para nuestro bolsillo.
Recientemente, la Guardia Civil destapó una red que vendía combustible adulterado en varias gasolineras de bajo coste del Levante español. Lo ocurrido es un ejemplo claro de que estas prácticas existen. Y aunque no sea lo habitual, la amenaza está ahí, y conviene saber cómo detectar si nuestra gasolina es realmente lo que dice ser.
6La importancia de elegir bien dónde repostar

Aunque resulte tentador dejarse llevar solo por el precio, conviene elegir estaciones de servicio de confianza. Las grandes cadenas, así como las cooperativas y gasolineras con buena reputación, suelen garantizar un control mucho más estricto sobre la gasolina que venden. No es pagar siempre el combustible más caro, sino encontrar un equilibrio entre precio y seguridad.
Nuestro experto gasolinero lo deja claro: “Repostar gasolina adulterada no es cuestión de mala suerte, casi siempre hay señales. Un precio anormalmente bajo, un motor que de repente empieza a funcionar peor, o un humo que antes no estaba. El conductor que aprende a detectar estas pistas se ahorra muchos problemas”.