El invierno es una de las estaciones más complicadas para nuestro coche, aunque siempre relacionemos los fallos con algún problema en la batería o en el sistema eléctrico. En este caso, Javier explica que lo que le pasó hace unas semanas estaba relacionado con el diésel.
Trabaja con una furgoneta de reparto que conoce perfectamente, y una mañana bien temprano se encontró con que no arrancaba. ¿El problema? Aunque aparca en la calle, no tenía nada que ver con la batería, sino con que el diésel se había vuelto demasiado espeso por el frío. Depende del tipo de combustible, de su composición, del estado del depósito y hasta del mantenimiento del vehículo.
¿Cómo de frecuente es que esto ocurra?
Esta furgoneta ya había dado algunas señales los días previos. «Había arrancado un poco rara los días anteriores, como si le costara un poco más de lo normal», explica. Pero no se esperaba que cualquier mañana el motor no arrancara. Sin embargo, en su taller de confianza le explicaron que el diésel se puede cristalizar cuando hace mucho frío, y esos cristales terminan por obstruir el filtro.
Es un fenómeno bastante conocido, aunque mucha gente no sepa que eso puede ocurrir. Hay veces que provoca una avería importante en el coche y otras que ‘simplemente’ crea problemas temporales que se pueden revertir de manera más sencilla si el combustible se vuelve más sólido. En casos extremos, esto impide que la bomba de alimentación haga su trabajo.
«Pensaba que estas cosas les pasaban a camiones en zonas muy frías, no a una furgoneta que duerme en la calle», añade. Eso sí, tampoco des por hecho que cualquier avería que se produzca en invierno en el coche es culpa de que el diésel se congele. Un filtro sucio, un inyector en mal estado o una batería débil pueden generar problemas parecidos.
En el caso de Javier, la temperatura rondaba los 0ºC, llevaba un par de días sin mover la furgoneta (el fin de semana) y tenía el depósito casi vacío. Un cúmulo de circunstancias más ‘favorables’ para esta avería. La solución es esperar a que el vehículo recupere la temperatura, cambiar el filtro y llenar el depósito con un diésel que incorporara aditivos específicos para el invierno.
Consejos para evitar que el diésel se solidifique en invierno y dónde repostar
A Javier no le quedó más remedio que cambiar sus hábitos a partir de entonces, y sus consejos te pueden venir bien a ti también para que no te pase lo mismo. ¿Y cuál es la solución? En este caso, tener más cuidado con la estación de servicio en la que repostas.
«Voy a una gasolinera donde el diésel viene ya preparado para el frío», explica. Además, intenta no apurar tanto el depósito, algo que ya de por sí no es bueno por los sedimentos que se acumulan en el fondo, pero lo cumple a rajatabla cuando bajan mucho las temperaturas y la furgoneta duerme en la calle.
Eso sí, los combustibles con aditivos no son tampoco ninguna garantía absoluta, pero sí que ayudan a mejorar el comportamiento del diésel a bajas temperaturas. Contienen compuestos que retrasan la cristalización y mantienen mejor la fluidez, pero en ningún caso sustituye al mantenimiento, que pasa por tener los filtros limpios, llevar las revisiones al día y evitar que los restos acumulados se mezclen con un combustible que ya está más denso por el frío.
Por tanto, toma nota de estas recomendaciones de expertos:
- No dejar el depósito casi vacío en invierno.
- Mantén limpio el circuito de alimentación.
- Vigila cualquier síntoma, como que al coche le cueste arrancar, tirones o ruidos raros.
- Utiliza aditivos concretos solo cuando tengan sentido y sigue siempre las indicaciones del fabricante.
- Elige estaciones de servicio donde puedas repostar gasolina o diésel adaptado a bajas temperaturas.
