Ferrari ha inaugurado E-Vortex, una pista de pruebas de última generación situada junto al mítico circuito de Fiorano, en Maranello (Italia). Esta instalación, que se ha levantado en apenas cuatro meses sobre un terreno de 37.350 metros cuadrados, promete transformar el modo en que la firma italiana desarrolla sus futuros modelos, incluidos los vehículos eléctricos de alto rendimiento.
Fiorano, inaugurado en 1971, ha sido durante más de cinco décadas el centro neurálgico de las pruebas de Ferrari. Con sus 3 kilómetros de curvas y rectas, ha permitido afinar el comportamiento dinámico de los superdeportivos más icónicos de la marca. Sin embargo, su uso intensivo y la falta de variedad en las superficies lo hacían menos versátil frente a las pistas de pruebas de otros fabricantes.
Para cubrir esa necesidad, Ferrari ha creado E-Vortex, un trazado de 1,89 kilómetros que complementa a la perfección a Fiorano. Construida justo al otro lado de la valla perimetral, esta pista se convierte en un espacio adicional donde los pilotos de pruebas pueden evaluar múltiples situaciones con mayor frecuencia y sin interferencias.

El E-Vortex está pensado para pruebas exigentes
El circuito E-Vortex no se limita a ofrecer curvas y rectas. Ha sido diseñado con precisión para cubrir un amplio abanico de necesidades técnicas. En ambos extremos incorpora curvas peraltadas, que permiten analizar el comportamiento de los vehículos en condiciones de apoyo lateral elevado. A lo largo de su recorrido incluye una pendiente longitudinal, una recta central y varias curvas interiores, ideales para evaluar maniobrabilidad y tracción.
Uno de los aspectos más innovadores de la pista es la integración de superficies especiales, que reproducen distintos tipos de asfalto y terrenos. Esto facilita pruebas exhaustivas sobre NVH (ruido, vibraciones y asperezas), así como sobre durabilidad y confort de marcha, elementos cada vez más importantes en los deportivos modernos y, sobre todo, en los nuevos modelos eléctricos.
La eficiencia también ha sido clave en el diseño de E-Vortex. La pista cuenta con un taller de 1.000 m² que permite realizar verificaciones y ajustes directamente en el lugar de las pruebas. Esto evita desplazamientos innecesarios de ida y vuelta a la sede central de Ferrari, situada a pocos minutos, pero que en la práctica suponían retrasos.

Ferrari planea trasladar progresivamente las pruebas de carretera a la nueva pista. Hasta ahora, los ingenieros necesitaban recorrer durante una hora las carreteras de la región para evaluar nuevos prototipos. Con E-Vortex, podrán realizar mediciones más precisas en un entorno controlado, lo que acelerará el desarrollo de nuevos superdeportivos y futuros modelos eléctricos.
Este cambio no solo mejora la eficiencia técnica. También ayuda a reducir el tráfico en Maranello, una ciudad que cada año recibe a miles de aficionados que sueñan con ver circular prototipos de Ferrari en carreteras abiertas. Para los vecinos, la disminución de pruebas en la vía pública puede ser positiva; para los fans, significa que será menos común encontrarse con un modelo camuflado rugiendo por las calles.
Con la creación de E-Vortex, Ferrari refuerza su apuesta por la innovación y la precisión técnica. Esta nueva pista no sustituye a Fiorano, sino que la complementa con un entorno moderno y versátil que permitirá ensayar en profundidad los desafíos que plantea la electrificación.

Desde curvas peraltadas hasta superficies especiales, cada detalle del trazado está pensado para llevar la ingeniería de Maranello a un nuevo nivel. En plena transición hacia la movilidad eléctrica, E-Vortex representa una pieza clave en el futuro desarrollo de la gama Ferrari, asegurando que los próximos modelos mantendrán el ADN deportivo que ha hecho legendaria a la marca.