Laura es profesora de secundaria y conduce a diario para ir a trabajar. Como muchos conductores, siempre ha procurado llevar su coche en buen estado, cumplir con las revisiones y no complicarse con temas mecánicos. Por eso, cuando decidió cambiar un faro que se había deteriorado con el tiempo, jamás imaginó que esa reparación aparentemente sencilla le acabaría suponiendo un problema serio en la ITV.
Su sorpresa llegó el día de la inspección técnica. Todo parecía ir bien hasta que el técnico le dijo que el vehículo no superaba la ITV debido a ese nuevo faro. «Me quedé alucinada», reconoce. «Era un faro nuevo, instalado en un taller, y pensé que con eso era suficiente». El caso de Laura no es una excepción y sirve como ejemplo de una realidad que muchos conductores desconocen.
1Cuando una reparación es un problema en la ITV
Hay una confusión muy habitual entre los conductores: pensar que cualquier cambio hecho en un taller está automáticamente permitido. En el caso de Laura, el faro sustituido no era exactamente igual al original de fábrica. Aunque estaba homologado, tenía un tipo de iluminación distinto al que figuraba en la ficha técnica del vehículo, lo que para la ITV supone una reforma.
«Yo no cambié el coche por capricho, fue una reparación necesaria», explica. Sin embargo, desde el punto de vista de la inspección técnica, no importa tanto la intención como el resultado final. Si una modificación altera las características técnicas del vehículo, aunque sea mínimamente, debe pasar por un procedimiento específico de ITV.







