Para millones de conductores, el coche es una extensión de su vida diaria. Nos lleva al trabajo, a recoger a los niños, a viajar en vacaciones o a volver a casa tras una larga jornada. Sin embargo, pocos se detienen a pensar en un dato clave que puede marcar la diferencia en caso de accidente: la fecha de fabricación del vehículo.
En España circulan coches cada vez más antiguos. La edad media del parque móvil ya supera los 14,5 años, y eso tiene un impacto directo en la siniestralidad. Según datos de la DGT, los vehículos implicados en accidentes mortales tienen más de 12 años. Una cifra que debería hacernos reflexionar, sobre todo ahora que millones de conductores se lanzan a la carretera por navidad.
4Tecnología y seguridad: aliados contra el accidente
La industria de la automoción ha avanzado de forma espectacular en las últimas dos décadas. Hoy, más del 90% de los accidentes tienen algún componente de error humano. Los sistemas ADAS se han convertido en un aliado clave para reducir la siniestralidad. Por eso, desde julio de 2024, los nuevos modelos homologados en la Unión Europea deben incorporar de serie al menos diez sistemas avanzados de asistencia a la conducción.
Los ADAS no sustituyen al conductor, pero sí corrigen errores, alertan de peligros y, en muchos casos, actúan de forma automática para evitar el accidente. Por muy bien cuidado que esté, un coche antiguo simplemente no puede ofrecer este nivel de protección. Y cuando ocurre un impacto, la diferencia tecnológica se traduce en vidas salvadas.








