El mercado de coches en España vive un momento histórico. Durante décadas, el diésel ha sido el combustible preferido por miles de conductores gracias a su bajo consumo en carretera y a su durabilidad. Sin embargo, en los últimos años, este protagonismo se ha ido desinflando poco a poco hasta el punto de que, por primera vez, ya no ocupa el podio de ventas en los concesionarios españoles.
La sorpresa ha llegado de la mano de un viejo conocido que ha resurgido con fuerza: el GLP (Gas Licuado de Petróleo). Este carburante alternativo ha conseguido superar en matriculaciones al diésel, consolidándose como una opción real, asequible y sostenible en plena transición energética. El giro del mercado confirma que los conductores buscan soluciones económicas, prácticas y menos contaminantes, y el GLP se ha convertido en una de las más atractivas.
4Las ventajas del coche GLP: economía y sostenibilidad en un mismo paquete

Lo que hace atractivo al GLP es su equilibrio entre precio y sostenibilidad. Repostar con GLP puede llegar a ser hasta un 40% más barato que hacerlo con gasolina, lo que supone un ahorro significativo para quienes recorren muchos kilómetros. Además, su menor emisión de gases contaminantes le otorga la etiqueta ECO de la DGT, con todas las ventajas que esto conlleva: circular en coche por el centro de las ciudades sin restricciones, pagar menos en zonas de estacionamiento regulado e incluso beneficiarse de descuentos en peajes.
Otro factor a favor del GLP es que permite una transición suave hacia la movilidad sostenible. A diferencia de un coche eléctrico, no requiere una inversión inicial tan elevada ni depender de una infraestructura de recarga aún en desarrollo. Esto lo convierte en una opción ideal para quienes quieren reducir gastos y ser más responsables con el medio ambiente, pero aún no están preparados para dar el salto al eléctrico.