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jueves, 6 noviembre 2025

Alfonso (35), empleado de un concesionario: «Esto es lo que siempre tienes que mirar si piensas comprar un eléctrico usado»

El coche eléctrico ya se empieza a acercar al mercado de segunda mano. Es muy importante revisar algunos elementos para no tener problemas más adelante.

Comprar un coche de segunda mano es una decisión importante, una inversión notable, y el miedo a que nos la cuelen está siempre presente. Pero si hablamos de comprar un coche eléctrico de segunda mano, el temor aumenta. Todos los miedos apuntan en una dirección: la batería. Pero, ¿y si el verdadero problema no es la batería en sí, sino algo que la mayoría de compradores pasa por alto?

Hemos hablado con Alfonso, empleado en un concesionario multimarca. Él sabe perfectamente qué mira el cliente… y qué debería estar mirando en realidad. «Hay un dato clave, mucho más importante que los kilómetros, y otro elemento que puede convertir un chollo en una ruina. Y no, no es el motor».

Olvida los kilómetros, busca el SoH

coche eléctrico
Fuente: Agencias

La batería es, sin duda, uno de los elementos fundamentales de un coche eléctrico, y el terror de todo comprador. La gente me pregunta: ‘Este coche tiene 90.000 kilómetros, ¿cuánto le queda a la batería?. Es la pregunta incorrecta», dice Alfonso. «En un coche de gasolina, los kilómetros te dan una idea del desgaste del motor. En un eléctrico, los kilómetros son casi irrelevantes».

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El dato que de verdad importa es el SoH, las siglas de State of Health o Estado de Salud de la batería. Es un porcentaje que te dice cuánta capacidad de carga le queda a esa batería en comparación con el día que salió de fábrica.

En realidad, es como la batería de tu móvil. Cuando es nuevo, está al 100%. Después de tres años de usarlo y cargarlo, quizás esté al 85%. Eso significa que, aunque lo cargues a tope, su capacidad máxima es un 15% menor que al principio. En un coche eléctrico pasa lo mismo. Una batería, por el simple hecho de existir y por los ciclos de carga y descarga, se degrada.

«Un coche puede tener 150.000 kilómetros y un SoH del 92%, lo cual es fantástico. Y otro puede tener solo 40.000 kilómetros y un SoH del 85%, lo cual es mucho peor», explica Alfonso. ¿Por qué ocurre esto? Por cómo se ha tratado esa batería.

El historial de carga: ¿cómo se ha tratado ese coche eléctrico?

plaza de carga coche eléctrico
Fuente: Freepik.

El peor enemigo de una batería de iones de litio no son los kilómetros, sino el calor y los ciclos de carga extremos. Y ambos están relacionados con el tipo de carga que ha recibido el coche.

«Un coche que ha dormido en garaje y se ha cargado el 90% de las veces en un enchufe lento de casa (carga en corriente alterna, AC) tendrá una batería mucho más sana que un coche que ha vivido en la calle y ha sido sometido a diario a supercargadores rápidos (carga en corriente continua, DC)», asegura Alfonso.

La carga rápida es muy cómoda, te da el 80% de la batería en 30 minutos, pero somete a la batería a un estrés y a una temperatura enormes. Hacerlo de vez en cuando en un viaje largo no pasa nada, pero usarlo como método habitual de carga es la forma más rápida de degradar el SoH.

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¿Cómo puedes saber esto? «Es difícil tener el historial completo, pero hay pistas. Pide al vendedor que te enseñe el puerto de carga», recomienda Alfonso. «Todos los eléctricos tienen dos conectores, uno para carga lenta (AC) y otro, más grande, para carga rápida (DC). Mira cuál de los dos tiene más marcas de uso, arañazos o desgaste. Si el puerto de carga rápida parece que ha estado en la guerra y el de carga lenta está impoluto, mala señal».

Cómo saber el SoH real

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Fuente propia

No te fíes de la autonomía que marca el coche en la pantalla. Ese número es solo una estimación que hace el coche basada en los últimos kilómetros de conducción. Si el dueño anterior conducía como un abuelo, marcará una autonomía altísima. Si venía de un tramo de autopista, marcará una muy baja. No es fiable.

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Necesitas el dato real, el porcentaje de SoH. «Hay tres formas de conseguirlo», detalla Alfonso.

La primera es la más fácil, pero rara. «Algunos coches, como los primeros Nissan Leaf, tenían un menú en la pantalla donde podías ver el estado de la batería representado en unas barras. Los coches más modernos tienden a ocultar esta información, no quieren asustar al conductor».

La segunda es la más fiable y la que Alfonso recomienda sí o sí: exigir un certificado de salud de la batería. «Si compras a un concesionario o a un compraventa profesional, están obligados a dártelo o, al menos, a facilitártelo». Si un profesional se niega a darte este informe o te da largas, huye. «Algo ocultan», advierte.

La tercera es la opción «detective», para los más manitas. «Si tratas con un particular, puedes comprar un lector OBD2 barato por internet y descargar una aplicación específica para ese modelo de coche. Lo conectas al puerto del coche, que suele estar bajo el volante, y la app te da el SoH en tiempo real».

«Un eléctrico de segunda mano es una compra fantástica», concluye Alfonso. «El mantenimiento es ridículo, el agrado de conducción es espectacular y el ahorro en combustible es real. Pero tienes que comprar con la cabeza, no con la emoción”. Y la cabeza, en este caso, se mide en SoH, no en kilómetros.

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