Se acercan las Navidades, una época maravillosa llena de reencuentros, regalos y muchos desplazamientos por carretera. En algunos de estos viajes irán mascotas, y la DGT ha lanzado una guía con consejos para que se haga todo con seguridad.
La mayoría de conductores presta atención a su cinturón de seguridad y al de sus acompañantes humanos, pero se olvida de que un animal suelto dentro del coche puede ser muy peligroso, tanto para él como para quienes están en el coche.
1El peligro que casi nadie suele ver
Cuando hablamos de seguridad en el coche, la DGT alerta de que todo lo que no esté sujeto es un peligro. Y esta regla también se aplica en el caso de los animales. Una mascota suelta no solo puede distraerte mientras conduces, sino que el peligro físico es real.
La DGT advierte que un perro que pese 20 kilos, en un impacto a tan solo 50 km/h, puede alcanzar una fuerza de más de media tonelada. Una fuerza tan devastadora que no solo causaría graves heridas al animal, sino que podría lesionar a los ocupantes del coche. Por eso, el primer consejo de la DGT es que la mascota debe ir siempre sujeta y en un espacio separado de los ocupantes. El artículo 18 del Reglamento General de Circulación es muy claro: el conductor está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, su campo de visión y la atención permanente a la conducción. Esto es imposible si tienes un perro dando saltos por el habitáculo o un gato trepando por el salpicadero.








