Muchos conductores creen que la reacción ante lluvia intensa y aquaplaning de pisar el freno a fondo es correcta. Pero la DGT advierte que hacer eso es justo lo que puede provocar un accidente. Hay una maniobra mejor, una reacción que la mayoría ignora y que es la única que puede salvar la situación.
Por eso, la DGT ha lanzado una serie de consejos para conducir con lluvia intensa.
1La lluvia es más peligrosa de lo que crees
Durante la lluvia se pierde visibilidad. Las cortinas de agua que levantan otros vehículos, sobre todo los camiones, y la propia intensidad de la lluvia, reducen tu campo de visión a unos pocos metros. No ves bien lo que pasa delante, y los demás tampoco te ven bien a ti.
Además, cuando llueve no solo te enfrentas al agua. El asfalto, en especial durante los primeros minutos de lluvia, se convierte en una pista de patinaje porque el agua se mezcla con todo lo que hay acumulado en la carretera: polvo, aceite, grasa, etc. Esta mezcla crea una película deslizante que reduce la adherencia de tus neumáticos de forma drástica.
Esto significa que tu coche necesita muchos más metros para frenar. Si en seco necesitas 40 metros para detenerte, con lluvia intensa esa distancia puede duplicarse fácilmente, o incluso triplicarse. Y aquí es donde fallan la mayoría de los conductores: siguen conduciendo como si el suelo estuviera seco.








