En una industria cada vez más orientada hacia la electrificación, CUPRA ha decidido conceder una última y poderosa ovación al mundo de la combustión con el regreso de su creación más visceral: el CUPRA Formentor VZ5. Esta edición limitada a solo 4.000 unidades no es un coche más, sino un manifiesto. Un grito de rebeldía en forma de SUV crossover, pensado para quienes conciben la conducción como un terreno de emociones y precisión técnica.

La firma española rescata su icono de cinco cilindros para demostrar que aún hay espacio —y demanda— para máquinas que combinan la ingeniería más fina con una personalidad estética inconfundible. «La vuelta del CUPRA Formentor VZ5 es una declaración audaz de nuestro compromiso con el rendimiento y la emoción», afirma Sven Schuwirth, vicepresidente ejecutivo de Ventas, Marketing y Postventa de CUPRA. No es una frase hecha: por primera vez, el modelo estará disponible con volante a la izquierda y a la derecha, abriendo la puerta a mercados tan relevantes y pasionales como el británico.
Un motor legendario
El corazón del nuevo VZ5 del Formentor es un viejo conocido: el motor TSI turboalimentado de cinco cilindros y 2.5 litros, ahora recalibrado para latir con mayor determinación. Eroga 390 CV y 480 Nm, ofreciendo un empuje continuo entre las 5.700 y las 7.000 rpm. Su secuencia de encendido 1-2-4-5-3 y su sistema de escape afinado generan una banda sonora inconfundible, un rugido que muchos entusiastas creían condenado a la extinción.

Combinado con una transmisión DSG de siete velocidades, es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en solo 4,2 segundos. Pero más allá de ese número, hay un detalle revelador: por primera vez, CUPRA elimina la limitación electrónica de velocidad máxima, permitiendo que el VZ5 alcance los 280 km/h. Es un gesto casi romántico, una muestra de respeto hacia un motor icónico y hacia los conductores que buscan sensaciones puras.
Dentro del habitáculo, el Digital Cockpit incorpora un indicador lumínico de cambio heredado de la competición: una secuencia de LEDs que acompañan el ascenso de revoluciones hasta el límite de 7.000 rpm. Un detalle minimalista, pero profundamente emocional.
El Torque Splitter marca diferencias
El Formentor VZ5 no solo corre: interpreta la carretera. Para sostener ese rendimiento, CUPRA ha ajustado milimétricamente su bastidor. Rebaja la carrocería en 10 milímetros e integra una suspensión delantera McPherson y un multibrazo independiente detrás, todo ello asistido por un sistema de control de chasis adaptativo (DCC) con 15 niveles de ajuste.

Pero el verdadero protagonista dinámico del Formentor es el Torque Splitter, capaz de repartir el par de forma independiente a cada una de las ruedas traseras. En curvas rápidas o cerradas, el sistema decide de forma milimétrica si la izquierda o la derecha necesita más empuje para maximizar la agilidad y la estabilidad.
Los modos de conducción —Comfort, Sport, CUPRA, Drift, Individual y Offroad— transforman la personalidad del coche, desde un SUV de uso diario hasta un juguete para circuito. El modo Drift, en particular, abre la puerta a derrapes controlados gracias a la gestión extrema del par y a la desactivación del ESC, un guiño claro a los puristas del volante.
La potencia también exige frenos a la altura. En este caso, CUPRA monta de serie pinzas Akebono de seis pistones, visibles tras las llantas exclusivas de 20 pulgadas con acabado Copper y negro. Su combinación con discos perforados y ventilados completa un conjunto que prioriza precisión y resistencia.
Una estética más emocional
El nuevo VZ5 no rehúye la atención. Su diseño exterior combina musculatura, aerodinámica y elegancia oscura. La parrilla Sport Black, el paragolpes rediseñado y un splitter frontal específico —grabado con la inscripción VZ5— refuerzan su carácter. Los faros Matrix LED HD no solo aportan mayor nitidez, sino que incorporan animaciones de bienvenida y despedida, incluida una proyección seleccionable por el conductor en la zona frontal.
La fibra de carbono, presente en retrovisores, difusor, pasos de rueda y un alerón trasero, subraya la intención del modelo: ligereza, deportividad y una dosis controlada de agresividad. Las icónicas cuatro salidas de escape diagonales en acabado Copper completan un conjunto que invita a mirarlo más de una vez.

Dentro, los asientos Bucket Dinamica de serie —o los CUPBucket opcionales— sitúan al conductor en una posición baja y centrada, como en un coche de competición. La iluminación ambiental configurable, los detalles en aluminio oscuro y los pedales metálicos suman sensaciones sin caer en excesos.
Tecnología y seguridad
Aunque es un coche para amantes de la conducción, el VZ5 no renuncia a la digitalización. Su pantalla de 12,9 pulgadas, el sistema Full Link inalámbrico y el equipo de sonido Sennheiser de 390 W convierten el interior en un espacio conectado y acústicamente impecable. Es un equilibrio entre emociones analógicas y confort contemporáneo.
En materia de seguridad, el VZ5 incorpora asistentes de viaje, control de ángulo muerto y sistema de alerta de salida, siempre con la filosofía de la marca española de proteger sin interferir en el placer de conducción.

Un canto de despedida
Fabricado en Barcelona, el CUPRA Formentor VZ5 iniciará su producción en enero de 2026. Será una tirada limitada y probablemente irrepetible. Un homenaje a la combustión y un recordatorio de que, incluso en tiempos de transición, hay máquinas capaces de acelerar el pulso y reafirmar la pasión por conducir. Esta versión es la máxima expresión en cuanto a deportividad de la marca, aunque su oferta mecánica es mucho más extensa (aquí más información).








