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lunes, 3 noviembre 2025

¿Por qué consume más tu coche en invierno? Factores clave y cómo reducirlo

El frío afecta a distintos sistemas de tu coche y dispara el consumo, pero hay algunos trucos que puedes poner en práctica.

¿Sabías que el consumo de tu coche aumenta en invierno? Es una época complicada para el coche por muchos motivos, pero si notas que el depósito te dura menos en estos meses de frío, no eres el único. El motor, los neumáticos, los líquidos e incluso la calefacción influye más de lo que parece.

Y aunque ese aumento en el gasto parece inevitable, porque no podemos controlar las temperaturas, hay una explicación detrás y algunos trucos para mantenerlo a raya.

Principales causas del aumento de consumo en invierno

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Fuente: Freepik

Da igual que tengas un coche moderno y con la última tecnología, porque el frío del invierno va a afectar de la misma manera. El aire es más frío, el aceite se vuelve más denso y utilizamos bastante la calefacción (y los asientos calefactables, en el caso de que tu coche los tenga). Así que el consumo sube incluso más que en verano con el aire acondicionado. Estos son los motivos que lo explican.

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El motor tarda más en calentarse

El motor de combustión interna rinde mejor cuando está a unos 90ºC. Cuando hace frío, tarda más en llegar a ese punto, así que durante esos primeros minutos está trabajando ‘en frío’ y necesita más combustible para que la mezcla de aire-gasolina sea adecuada. En trayectos cortos o urbanos, en los que el motor no alcanza la temperatura óptima de funcionamiento, el consumo puede aumentar hasta un 15%.

Mayor uso del climatizador y función de desempañar

Poner la calefacción o activar la función para que se desempañen los cristales en invierno (o utilizar el aire para lo mismo), dispara el consumo. En los motores de combustión, esa energía sale del motor y en los eléctricos, de la batería. En los dos casos el coche consume más.

Lubricantes más densos

Los líquidos del coche, en concreto los aceites, también sufren con las bajas temperaturas. Cuando están fríos se vuelven más densos, y eso genera una fricción mayor entre las piezas del motor y obliga a trabajar más para moverlas. Por eso, en invierno los profesionales recomiendan utilizar lubricantes sintéticos multigrado que mantienen esa fluidez incluso a temperaturas bajo cero.

La presión de los neumáticos cambia

El aire se contrae con el frío, así que cuando hace frío baja la presión de los neumáticos más rápido de la cuenta. Y circular con poca presión aumenta la resistencia a la rodadura, lo que también sube el consumo de combustible y acelera el desgaste.

La batería también sufre

En los coches eléctricos, las bajas temperaturas reducen la eficiencia química de las celdas. La batería ofrece menos autonomía y necesita más tiempo para cargarse. Y aunque los coches modernos cuentan con sistemas de gestión térmica, las diferencias de consumo entre verano e invierno pueden rondar el 20%.

Consejos para reducir el consumo en invierno

h coche invierno edited Motor16
Fuente: propia

No puedes controlar las temperaturas, pero sí que puedes evitar que afecten de forma exagerada a tu coche con algunos consejos básicos (de primero de ‘piloto’). Toma nota:

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  • No calientes el coche al ralentí: hay mucha gente que lo hace, sobre todo si están varios días sin coger el coche, y es una costumbre que viene de nuestros padres y abuelos. La tecnología hoy es diferente y los motores, sobre todo los de inyección electrónica, están preparados para funcionar a baja temperatura. Si esperas unos 30 o 40 segundos tampoco pasa nada, pero los expertos coinciden en que ya no hace falta.
  • Evita acelerones y frenazos bruscos con el coche frío, porque necesita más combustible para responder. Una conducción progresiva ayuda a estabilizar el consumo y a alargar la vida útil del motor.
  • Mantén la presión correcta de los neumáticos, porque lo contrario puede incrementar el consumo en más de un 3%.
  • Planifica los trayectos y evita, en la medida de lo posible, los desplazamientos cortos en invierno.
  • Utiliza el climatizador con moderación y no pongas la calefacción al máximo si no es necesario. Ajusta la temperatura de forma razonable y apágala cuando ya no la necesites.
  • Protege tu coche del frío extremo y, si puedes, aparca en un garaje. Así, proteges el motor, la batería y evitas que se formen capas de hielo que obligan al coche a hacer un esfuerzo más grande al arrancar.
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