Cuando pensamos en alergia, lo normal es que nos venga a la mente una estación: la primavera. Sin embargo, este problema no se limita solo a unos meses durante el año, y en ocasiones puede surgir cuando menos te lo esperas, incluso durante el invierno.
¿Alguna vez te ha pasado que, yendo a 90 en plena autovía, has sentido un cosquilleo en la nariz que sabes que acabará en un estornudo explosivo? O peor aún, ¿has notado ese picor de ojos tan intenso que te obliga a frotarte con una mano mientras la otra intenta mantener el coche recto? Ese par de segundos en los que cierras los ojos o apartas la vista de la carretera parece una eternidad. Pero además, es un riesgo real que muchos conductores minimizan y que tiene consecuencias que pueden ser muy graves para tu seguridad y la de los demás.
El habitáculo del coche: tu primer escudo contra los alérgenos

Un coche bien cuidado puede y debe convertirse en una burbuja segura frente a la atmósfera cargada de alérgenos que hay en el exterior. La clave está en no darles ninguna oportunidad para entrar.
El primer lugar al que debes dirigir tu atención es al sistema de ventilación de tu coche. Da igual si tienes aire acondicionado o un climatizador automático, ambos tienen filtros diseñados para purificar el aire que entra en el habitáculo.
Estos filtros actúan como una barrera que atrapa la mayoría de partículas que provocan los síntomas de la alergia. Hablamos de polen, por supuesto, pero también de bacterias, esporas de hongos, polvo, hollín y otros. Los expertos señalan que en un solo metro cúbico de aire puede haber entre 10 y 80 millones de alérgenos. Si tus filtros están en buen estado, retendrán gran parte de esa inmensa cantidad de suciedad antes de que llegue a tus pulmones y ojos.
Por lo tanto, el consejo más elemental y efectivo es la revisión y sustitución periódica de estos filtros, especialmente antes de la temporada alta de polen. Si notas que el aire que sale por las rejillas huele mal, o que el caudal de aire es más débil de lo normal, es una señal inequívoca de que tus filtros están saturados y han perdido su capacidad de retención. Un filtro en buen estado es sinónimo de seguridad y tranquilidad al volante.
Además, debes mantener en todo momento las ventanillas cerradas, así como el techo solar si lo tienes. En invierno, con el frío, no hay demasiado problema con esto, pero sí que puede serlo si tienes la costumbre de abrir un poco al arrancar para desempañar los cristales.
La limpieza del coche: un gesto de salud

Un coche limpio no solo es más agradable a la vista, sino también una medida de protección contra alergias, Las micropartículas y los ácaros se adhieren a la chapa, se cuelan en el interior cuando abres las puertas y se incrustan en la tapicería.
Por eso, es fundamental limpiar tu vehículo con frecuencia. Presta especial atención al interior: aspira la tapicería, las alfombrillas y la bandeja trasera, ya que son trampas para el polen. Limpia el salpicadero y todas las superficies. Si tienes mascotas, asegúrate de eliminar el pelo con más diligencia, pues es otro foco de alérgenos. Minimizar la presencia de estas micropartículas dentro del habitáculo es una garantía de que no agravarán tus síntomas mientras estás concentrado en la carretera.
Cuidado con los medicamentos contra la alergia

En muchas ocasiones, la solución a los síntomas de una alergia viene de la mano de pastillas o jarabes, pero es vital ser consciente de sus posibles efectos secundarios al volante.
Una gran cantidad de personas alérgicas recurre a la automedicación, tomando pastillas o jarabes que ya conocen. El problema es que muchos de estos medicamentos, sobre todo los antihistamínicos de primera generación, tienen contraindicaciones muy claras para conducir. El efecto secundario más común, y el más peligroso al volante, es la somnolencia.
Inducir el sueño o reducir tu capacidad de atención y tiempo de reacción es tan peligroso como conducir bajo los efectos del alcohol. Por ello, es imperativo que, antes de tomar cualquier medicamento para la alergia, hagas dos cosas:
- Lee el prospecto completo: Busca las advertencias sobre la conducción y el manejo de maquinaria peligrosa.
- Consulta con tu médico: Podrá recomendarte antihistamínicos de nueva generación que controlan los síntomas sin provocar somnolencia. Nunca, bajo ninguna circunstancia, tomes un medicamento si no tienes la seguridad de que no afectará a tus capacidades al volante.
Si sigues estos sencillos consejos, la alergia dejará de ser una distracción al volante.







