Las carreteras secundarias suelen ser mucho más traicioneras de lo que parece. Nos lo explica Natalia, técnico de emergencias, que sabe de sobra que hay muchos conductores que subestiman los riesgos, sobre todo en invierno.
Ya de por sí, las carreteras secundarias son complicadas por los cambios de rasante, las curvas, la visibilidad reducida y la presencia de vehículos agrícolas, ciclistas o usuarios que suelen ir más lentos. Ahora bien, todo lo anterior se vuelve más peligroso si le sumamos temperaturas bajo cero, lluvia, niebla e incluso nieve en zonas de montaña.
«No se trata de ir despacio, sino de anticipar los movimientos. Hay errores que parecen pequeños, pero que en estas vías pueden quedarse en un susto o costarte un accidente grave«, explica Natalia, que también nos da algunos consejos para conducir por este tipo de vías en invierno.
4Cuidado con los animales y vehículos más lentos
Las señales que alertan de la presencia de animales son muy comunes en carreteras secundarias, aunque jamás se nos haya cruzado ninguno. El problema es que en invierno, los animales suelen acercarse más a la carretera en busca de comida, así que es normal que los ciervos, vacas e incluso conejos se crucen de repente.
Aquí, el único ‘truco’ es conducir con precaución y reducir la velocidad al llegar a un tramo en el que puede haber presencia de animales. Si detectas movimiento en los arcenes, reduce la velocidad y prepárate para frenar o para esquivarles, si es seguro hacerlo.








