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martes, 21 octubre 2025

Roberto (49), profesor de autoescuela: «Esto es lo que tienes que hacer en caso de sufrir aquaplaning»

Saber cómo reaccionar ante este fenómeno es clave para la seguridad en la carretera.

Si sientes pánico solo de pensar en perder el control de tu coche bajo la lluvia, no estás solo. El aquaplaning es un fenómeno que puede convertir la carretera en una pista de patinaje en un momento, con el riesgo para la conducción que esto supone.

En caso de tener que enfrentarte a una situación como esta, es muy importante saber cómo actuar para no perder el control del coche y seguir sin contratiempos.

Señales de que estás sufriendo aquaplaning

aquaplaning
Fuente propia

Detectar el aquaplaning no siempre es fácil porque es una situación que ocurre muy rápido, pero si sabes qué buscar, puedes ganar un tiempo precioso.

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  • Sensación de flotabilidad: Esta es la señal más clara. El coche se siente ligero, impreciso, como si estuvieras conduciendo sobre gelatina. La sensación de agarre desaparece.
  • Volante ligero y poco reactivo: Si intentas girar el volante y no sientes ninguna respuesta por parte del coche, es una señal de que las ruedas han perdido el contacto con el asfalto.
  • Ruido del agua: Presta atención al sonido que hacen las ruedas. Si pasas de un ruido de rodadura normal a un sonido de agua constante que no cesa, puede ser una advertencia de que estás entrando en una zona con acumulación de agua.

Distinguir el aquaplaning de una placa de hielo es importante. Con el hielo, la superficie es muy resbaladiza y la pérdida de control puede ser más repentina. En el aquaplaning, la sensación es más de «flotar» sobre el agua, lo cual puede darte un breve margen para reaccionar si lo haces de la manera correcta.

Qué hacer en el momento del aquaplaning

derrapaje agua
Fuente propia

La pregunta clave es: si te ocurre ahora mismo, ¿qué debes hacer? El profesor de autoescuela Roberto insiste en que la reacción inicial es lo que marca la diferencia. Tienes que actuar con calma y precisión, evitando los errores más comunes que podrían hacerte perder el control.

  • Mantén la calma: El pánico lleva a reacciones bruscas, y en esta situación, las maniobras bruscas son tu peor enemigo. Sujeta bien el volante con las dos manos. Esto es fundamental porque, tan pronto como las ruedas recuperen el contacto con el asfalto, necesitarás tener el control total de la dirección del vehículo.
  • Levanta el pie del acelerador con suavidad: Tu objetivo principal es reducir la velocidad, pero no frenando. La mejor manera es levantar el pie del acelerador de manera gradual. Al hacer esto, las ruedas siguen girando, pero la resistencia del coche y la fuerza del agua ayudarán a que la velocidad baje, dando tiempo a los neumáticos para empezar a evacuar el agua y buscar el contacto con la carretera.
  • Mantén el volante recto: No gires el volante bruscamente. Si notas que el coche empieza a deslizarse, mantén la dirección en línea recta, apuntando hacia donde quieres ir. Si giras mientras flotas, cuando las ruedas recuperen el agarre lo harán con un ángulo de giro, lo que podría provocar un derrape o que el coche se lance hacia un lado, desestabilizándolo. Espera a que el coche recupere la tracción para realizar cualquier corrección de dirección, y hazlo siempre de forma suave.
  • Evita el freno a toda costa: Evita frenar con fuerza. Al pisar el pedal del freno, corres el riesgo de que las ruedas se bloqueen. Unas ruedas sin giro pierden la capacidad de evacuar el agua y te hacen deslizar aún más, pasando de una situación controlable a una incontrolable. Solo si tu vehículo tiene ABS, y sientes que recuperas algo de control, podrías aplicar una presión muy ligera y progresiva, pero la regla es desacelerar levantando el pie del acelerador, no frenando.

El resto del vehículo también cuenta

aquaplaning
Fuente: Pixabay

Aunque los neumáticos son la clave, hay otros elementos que influyen en la estabilidad de tu coche:

  • Suspensión y amortiguadores: Unos amortiguadores en mal estado no mantienen el neumático pegado al asfalto de forma efectiva. Si la suspensión falla, el tiempo que el neumático está en contacto con el agua se incrementa, haciendo el aquaplaning más probable. Un chequeo periódico de estos componentes es vital para garantizar la estabilidad.
  • Sustitución en vida útil: No te aferres a unos neumáticos viejos, aunque parezcan tener dibujo. El material se endurece con el tiempo (cristalización), lo que reduce su agarre general en mojado. Respeta la vida útil recomendada por el fabricante para garantizar que la goma sigue siendo flexible y efectiva contra el agua.

En conclusión, el aquaplaning es un peligro real, pero no una sentencia. Saber qué es, cómo se produce y, sobre todo, cómo reaccionar sin pánico y con movimientos suaves, te permitirá superarlo. La prevención, con neumáticos en perfecto estado y una velocidad moderada es la estrategia que te mantendrá más seguro en la carretera.

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