comscore
jueves, 25 diciembre 2025

Alicia (41), compraventa: «Hay una razón de peso para que los coches eléctricos sean más caros en 2026»

El mercado está a punto de dar un giro que afectará al bolsillo debido a un componente que no es la batería.

Los coches eléctricos ya forman parte del parque móvil general de nuestras carreteras. Este aumento de unidades ha llevado a pensar que en breve los precios de estos coches van a bajar, pero la realidad es otra. Alicia, una experta en compraventa de coches nuevos y usados, avisa de algo que casi nadie ha tenido en cuenta. Según sus cálculos y lo que ve en las cadenas de suministro, el año 2026 va a marcar un punto de inflexión al alza.

Lo más curioso de esto es que la culpa no la tiene el litio, ni las ruedas, ni el diseño de las carrocerías. El culpable es un pequeño componente que influye mucho más de lo que puede parecer.

La paradoja de los coches modernos

tecnología coches eléctricos
Fuenter: Agencias

Los coches eléctricos son, en esencia, ordenadores con ruedas. Y no solo estos, porque los coches modernos dependen de la tecnología para casi todo. No solo se trata de llevar una pantalla enorme en el salpicadero para ver el mapa o poner música. Estamos hablando de que el coche necesita procesar miles de datos por segundo para que los frenos actúen a tiempo, para que la batería no se caliente demasiado o para que el control de crucero mantenga la distancia de seguridad. Todo ese procesamiento de datos requiere un componente esencial que lleva meses escaseando. Y por esa razón, el precio de los coches eléctricos no solo no va a bajar, sino que es muy probable que suba.

Publicidad

La inteligencia artificial ha provocado una auténtica revolución en todo el mundo, incluido el sector del automóvil. Pero las empresas que crean estas inteligencias necesitan unos centros de datos gigantescos, bibliotecas infinitas que requieren una cantidad masiva de memoria RAM. El problema es que las fábricas que hacen estas memorias son las mismas que fabrican los componentes electrónicos que necesita un coche eléctrico. Al haber tanta demanda por parte de los gigantes tecnológicos, los fabricantes de chips han decidido cambiar su estrategia para ganar más dinero, dejando a los fabricantes de coches en una posición muy delicada.

En verano de 2025, una memoria que muchos usuarios compran para sus ordenadores domésticos podía costar algo menos de 80 euros. Sin embargo, apenas unos meses después, ese mismo componente ha subido de precio hasta superar los 400 euros, una subida de más del 300% en tiempo récord. Este aumento tan bestial es el que Alicia teme que se traslade a la factura final de los coches eléctricos, ya que estos vehículos utilizan cada vez más módulos de memoria para gestionar sus funciones.

Los fabricantes de coches han pasado de ser expertos en mecánica a ser expertos en programación. Las funciones más importantes del coche, desde cuánto acelera hasta cómo se comporta en una curva, dependen de programas informáticos. Estos programas necesitan memoria RAM para funcionar. Además, los sistemas ADAS son cada vez más complejos. Si quieres que tu coche sea capaz de aparcar solo o de reconocer las señales de tráfico, necesitas una capacidad de cálculo muy alta. Y cuanta más capacidad de cálculo necesitas, más memoria RAM consumes.

El problema es que la cadena de suministro de estos componentes es muy frágil. Ya lo vivimos hace un par de años con la famosa crisis de los microchips que dejó los concesionarios vacíos y las listas de espera en más de un año. En aquel entonces, si querías una videoconsola o un coche nuevo, te tenías que armar de paciencia.

Ahora, la situación es diferente pero igual de peligrosa. No es que no haya chips,sino que los que hay son mucho más caros porque las empresas prefieren vendérselos a quienes montan centros de datos para inteligencia artificial, ya que ellos pagan mucho más dinero por cada pieza. Esto crea un efecto embudo donde el fabricante de coches tiene que decidir entre pagar un precio desorbitado o detener la producción.

Los grandes dominadores tecnológicos y una situación global inestable

Memoria RAM
Fuente: Pixabay

En todo el mundo hay tres empresas que dominan el mercado de los microchips: Samsung, SK Hynix y Micron. Son las que fabrican casi todas las memorias RAM que usamos en móviles, tabletas, televisores y coches. Si estas tres empresas deciden que les sale más a cuenta fabricar memorias para servidores de IA que para coches, el sector del automóvil tiene un grave problema. De hecho, algunas de estas empresas ya han anunciado que sus nuevas fábricas se van a dedicar en exclusiva a estos componentes de alta velocidad para inteligencia artificial, y que no tienen previsto aumentar la producción de memorias normales para otros sectores hasta dentro de varios años. Esto deja un hueco en el mercado que va a empujar los precios hacia arriba.

Publicidad

A todo esto hay que sumarle que el mundo está viviendo un momento de tensión geopolítica muy fuerte. Europa está intentando fabricar sus propios componentes para no depender tanto de Asia o de Estados Unidos, pero no es fácil. Recientemente hemos visto casos donde las tensiones entre Europa y China han afectado directamente al suministro de piezas electrónicas. Si una fábrica en Países Bajos tiene problemas o si China decide limitar la exportación de ciertos materiales, los fabricantes europeos de coches eléctricos se quedan con las manos atadas. Esto hace que producir un coche en nuestro continente sea cada vez más complejo y, por lo tanto, más costoso para el cliente final.

Por otro lado, la carrera por conseguir el coche autónomo total no se detiene. Todas las marcas quieren ser la primera en ofrecer un vehículo que no necesite conductor. Pero para que un coche sea autónomo, tiene que ser un superordenador. Tiene que procesar imágenes de cámaras, datos de sensores láser y radares en milisegundos. Eso requiere una cantidad de memoria RAM que hace diez años habría parecido de ciencia ficción. Mientras los coches sigan evolucionando en esa dirección, su dependencia de estos componentes solo va a crecer. Veremos coches más tecnológicos, pero esa tecnología es la que está disparando los costes de fabricación.

Publicidad

No obstante, hay empresas que se han preparado para este escenario. Por ejemplo, Samsung tiene inversiones en la marca china BYD desde hace mucho tiempo. Al ser socios, es muy probable que BYD tenga prioridad a la hora de recibir estos componentes. Además, hay marcas que fabrican sus propias baterías y tienen un control total sobre su cadena de producción. Esto es lo que se llama integración vertical. Si tú eres el dueño de la mina, de la fábrica de chips y de la fábrica de coches, puedes controlar mucho mejor los precios que una marca tradicional que tiene que comprar cada pieza a un proveedor distinto.

Qué puedes esperar cuando vayas a comprar coches eléctricos

Coche eléctrico
Fuente: Pixabay

Si estás pensando en el futuro a corto plazo, es importante que entiendas que los coches eléctricos no solo se ven afectados por el precio de la electricidad o de las baterías. Este nuevo factor de la memoria RAM es el que puede marcar la diferencia entre un coche asequible y un lujo. Los fabricantes que compran componentes en grandes cantidades con mucha antelación puede que aguanten un poco más, pero tarde o temprano tendrán que actualizar sus contratos con los proveedores de chips. Y cuando lo hagan, los precios actuales de la memoria RAM se reflejarán en el coste de fabricación de cada vehículo que salga de su línea de montaje.

Es posible que veamos un escenario donde las versiones básicas de los coches eléctricos empiecen a simplificar su tecnología para no encarecerse tanto, dejando las funciones más avanzadas solo para los modelos de gama alta. O quizás veamos un cambio en la forma en la que compramos los coches, con más servicios de suscripción para poder pagar esa tecnología poco a poco. Lo que está claro es que el aviso de Alicia no es ninguna tontería. El mercado está cambiando, y los factores que antes no importaban ahora son los que dictan la sentencia sobre lo que vamos a pagar por conducir nuestro propio vehículo.

Si la fiebre por la inteligencia artificial sigue creciendo al ritmo actual, la competencia por los componentes electrónicos será feroz. Y en esa pelea, el coche eléctrico tiene que competir contra empresas tecnológicas que tienen presupuestos casi ilimitados. Es un reto enorme para la industria del motor, y una realidad que deberás tener en cuenta en tu próxima decisión de compra.

Publicidad