Mientras en buena parte de Europa llenar el depósito se ha convertido en un pequeño drama para el bolsillo, hay lugares del mundo donde repostar sigue siendo casi un gesto simbólico. En España, el precio de la gasolina ha pasado por fuertes subidas en los últimos años y, aunque se haya estabilizado en algunos periodos, sigue siendo uno de los gastos fijos que más preocupa a los conductores. Por eso, la idea de llenar el depósito por apenas 30 euros suena casi irreal.
Sin embargo, ese escenario existe y no es ninguna leyenda urbana. Hay un país donde repostar gasolina cuesta una fracción de lo que pagamos en nuestro entorno y donde llenar un depósito completo es más barato que una comida para dos personas. Las razones de esta situación tienen poco que ver con la eficiencia y mucho con la política, la economía y la historia energética de ese lugar.
4Las consecuencias de la gasolina barata
Aunque a primera vista parezca una ventaja incuestionable, la gasolina extremadamente barata también tiene efectos negativos. En Venezuela, durante años se fomentó un consumo desmedido, con vehículos poco eficientes y sin apenas incentivos para ahorrar combustible. El parque móvil envejeció y la conciencia medioambiental quedó en un segundo plano.
Además, el bajo precio favoreció el contrabando de gasolina hacia países vecinos, donde el combustible se vendía a precios mucho más altos. Esto generó pérdidas económicas importantes y obligó al gobierno a endurecer controles y revisar el sistema de subsidios. Llenar el depósito por 30 euros es barato, sí, pero tiene un coste oculto para la economía del país.








