La historia del automóvil está repleta de grandes aciertos, diseños que marcan una era y decisiones que transforman el rumbo de una marca para siempre. Pero también de capítulos menos gloriosos, momentos en los que la apuesta creativa se aleja tanto del gusto del público que se termina estrellando contra un muro de incomprensión. Eso es exactamente lo que acaba de vivir Jaguar con uno de sus prototipos más ambiciosos… y más polémicos.
El Jaguar Type 00 ha supuesto un punto de inflexión tan inesperado como dramático. El coche que debía inaugurar la nueva etapa eléctrica de la firma británica ha acabado entrando en la historia de la compañía por motivos muy distintos a los previstos: su diseño ha sido vapuleado, su campaña resultó un desastre y, como colofón, su creador —el aclamado Gerry McGovern— ha sido despedido de forma fulminante. Un terremoto interno que revela hasta qué punto Jaguar se juega su futuro inmediato.
1Un diseño que rompió… demasiado
Cuando Jaguar presentó el Type 00, la idea era abrir una nueva página en la historia de la marca: un diseño minimalista, casi escultórico, sin concesiones a lo tradicional. Una reinterpretación del lujo británico adaptado a la era eléctrica. Pero lo que se esperaba como un soplo de aire fresco, terminó siendo un tsunami de críticas. Nadie entendía el coche, nadie sabía qué comunicaba ni qué proponía realmente.
El problema no fue solo estético. El Type 00 llegó acompañado de una campaña sin coches, sin referencias y sin contexto. A ojos de muchos, Jaguar había creado un producto elitista, abstracto y desconectado del conductor real. En un mercado en que las marcas chinas exhiben propuestas avanzadas, Jaguar parecía haberse perdido en una galería de arte moderno. Y eso, para una marca con tanta historia, resultó imperdonable.







