Con la llegada del frío, las mañanas se vuelven más duras, y no solo para nosotros. Cuando bajan las temperaturas, el coche también sufre; y pocos momentos generan tanta frustración como girar la llave o pulsar el botón y ver que el motor no responde como debería. El invierno es una prueba de resistencia para muchos componentes. Si no se han cuidado bien, el arranque puede convertirse en un auténtico dolor de cabeza.
El frío no avisa, y los problemas suelen aparecer cuando menos lo esperas: antes de ir a trabajar, camino de un viaje o justo el día que más prisa tienes. Por eso, adelantarse a estas situaciones es clave. Con un poco de prevención y siguiendo estos sencillos consejos, podrás evitar sustos innecesarios y asegurarte de que tu coche arranca a la primera. Incluso en los días más fríos del año.
7No dejes el coche parado demasiado tiempo
El frío y la inactividad son una mala combinación. Si el coche está muchos días sin usarse, la batería se puede descargar progresivamente, sobre todo en invierno. Arrancarlo de vez en cuando y circular unos kilómetros ayuda a que todos los sistemas entren en funcionamiento y a que la batería recupere parte de su carga.
Dejar el coche al ralentí unos minutos no siempre es suficiente. Lo ideal es conducir con relativa frecuencia para que el alternador haga correctamente su trabajo. Así, cuando llegue una mañana especialmente fría, tendrás muchas más probabilidades de que tu coche arranque a la primera.








