Con la llegada del frío, las mañanas se vuelven más duras, y no solo para nosotros. Cuando bajan las temperaturas, el coche también sufre; y pocos momentos generan tanta frustración como girar la llave o pulsar el botón y ver que el motor no responde como debería. El invierno es una prueba de resistencia para muchos componentes. Si no se han cuidado bien, el arranque puede convertirse en un auténtico dolor de cabeza.
El frío no avisa, y los problemas suelen aparecer cuando menos lo esperas: antes de ir a trabajar, camino de un viaje o justo el día que más prisa tienes. Por eso, adelantarse a estas situaciones es clave. Con un poco de prevención y siguiendo estos sencillos consejos, podrás evitar sustos innecesarios y asegurarte de que tu coche arranca a la primera. Incluso en los días más fríos del año.
5Presta atención a bujías y calentadores
Aunque la batería suele ser la principal culpable, no siempre es la única. En los motores de gasolina, las bujías son las encargadas de generar la chispa que inicia la combustión. Si están desgastadas o en mal estado, el frío puede acentuar el problema y dificultar el arranque.
En los diésel, ese papel lo juegan los calentadores. Su función es elevar la temperatura del combustible para facilitar el encendido, algo especialmente importante cuando hace frío. Si notas que el coche tarda mucho en arrancar o lo hace de forma irregular, conviene revisarlos en un taller antes de que el problema vaya a más.








