Con la llegada del frío, las mañanas se vuelven más duras, y no solo para nosotros. Cuando bajan las temperaturas, el coche también sufre; y pocos momentos generan tanta frustración como girar la llave o pulsar el botón y ver que el motor no responde como debería. El invierno es una prueba de resistencia para muchos componentes. Si no se han cuidado bien, el arranque puede convertirse en un auténtico dolor de cabeza.
El frío no avisa, y los problemas suelen aparecer cuando menos lo esperas: antes de ir a trabajar, camino de un viaje o justo el día que más prisa tienes. Por eso, adelantarse a estas situaciones es clave. Con un poco de prevención y siguiendo estos sencillos consejos, podrás evitar sustos innecesarios y asegurarte de que tu coche arranca a la primera. Incluso en los días más fríos del año.
3No fuerces el arranque cuando haga frío
Un error común cuando el coche no arranca con el frío es insistir una y otra vez sin darle tregua. Pero forzarlo solo consigue castigar el motor de arranque y agotar aún más la batería. Si el coche no responde al primer intento, lo más sensato es esperar unos segundos antes de volver a probar.
Un buen truco es accionar el contacto en dos fases. Primero, gira la llave hasta el punto previo y deja que los sistemas eléctricos se vayan activando. De esa manera, el coche se prepara para el arranque y reduces el esfuerzo necesario cuando finalmente intentas ponerlo en marcha. Es un gesto sencillo que puede marcar la diferencia en días de frío intenso.








