En 2018, Citroën lanzaba el C5 Aircross, un modelo que, además de ser su representante en el segmento C-SUV (el de mayor demanda en España), tenía la responsabilidad de reemplazar al C4 Spacetourer, el heredero de una saga que comenzó con el Xsara Picasso a finales del siglo pasado. Con este modelo, la firma francesa se adaptaba a las nuevas demandas del mercado, aunque conservando algunos de los aspectos como las butacas independientes en la segunda fila de asientos.
El nuevo C5 Aircross es aún más ambicioso que su antecesor, algo que se aprecia nada más verlo en directo, pues su presencia es imponente. Para empezar, ha crecido en tamaño: de los 4,50 metros originales ha pasado a 4,65 metros. La distancia entre ejes alcanza los 2.784 milímetros, 60 mm más que el anterior C5 Aircross. La fabricación del nuevo modelo se lleva a cabo en la factoría que la marca tiene en la ciudad francesa de Rennes, en la región de Bretaña.
Desde el punto de vista estético, supone una ruptura completa respecto a la anterior generación, dejando de lado las curvas para adoptar las líneas más tensas y afiladas del nuevo lenguaje de diseño de la marca francesa. Se han mantenido las Citroën Light Wings presentadas en el prototipo C5 Aircross Concept, mostrado en el Salón de París de 2024. Se caracterizan por una firma luminosa de tres puntos, con los dos exteriores separados del estampado y que parecen ‘flotar’ como dos aletas en el lateral del vehículo. Además, por primera vez en Citroën se equipan unos faros led matriciales y llantas de hasta 20 pulgadas.

El puesto de conducción ha cambiado por completo, y sobresale la integración de una pantalla central de 13 pulgadas ubicada en vertical. No obstante, el punto que más nos ha gustado es que se mantienen mandos físicos para funciones importantes, como activar la recirculación de aire o apagar el climatizador, subir el volumen del audio o cambiar el modo de conducción. Los mandos del volante, también totalmente nuevos, son sencillos de utilizar.

En el habitáculo, el nuevo C5 Aircross presenta mejores cotas de espacio que su antecesor, aunque pierde los asientos traseros independientes; la banqueta tiene bien marcadas las tres plazas, pero en la central el respaldo tiene un reposabrazos que la hace más incómoda. El maletero anuncia una capacidad algo inferior a la del C5 Aircross original (565 litros frente a 580), aunque la ventaja es que se mantiene independientemente del sistema de propulsión, al igual que el espacio para los pasajeros. La calidad de los acabados es otro aspecto en el que ha evolucionado notablemente respecto a su antecesor, y se sitúa por encima de cualquier otro modelo de la marca.
En cuanto a la oferta mecánica, toda la gama cuenta con algún tipo de electrificación y desaparece la opción del motor diésel. En orden de potencia, el primero es el híbrido ligero de 145 CV basado en el bloque 1.2 de tres cilindros. En el siguiente escalón estaría el híbrido enchufable con 195 CV de potencia combinada, en el que la parte térmica corresponde a un bloque 1.6 turbo de 150 CV. La autonomía en modo 100 % eléctrico es de 96 kilómetros. La gran novedad está en las versiones eléctricas, dos en concreto: 210 CV y 230 CV.
Así va el nuevo Citroën C5 Aircross
Hemos probado con detenimiento la versión híbrida enchufable. Nos ha sorprendido gratamente la excelente puesta a punto del chasis, pues no ha perdido ni un ápice del confort que caracteriza a los modelos de esta marca, aunque sin recurrir a unas suspensiones excesivamente blandas, como sucedía en su antecesor, que resultaba muy confortable en vías rápidas, aunque en zonas de curvas o con asfalto irregular podía resultar algo mareante para los pasajeros. Asimismo, la dirección también ha mejorado ostensiblemente. Conviene remarcar que el nuevo C5 Aircros es el primer Citroën creado sobre la plataforma STLA Medium del Grupo Stellantis, que también se utiliza en el Opel Grandland o los Peugeot 3008 y 5008, entre otros.

Esta versión híbrida enchufable, que también debuta en la firma de los chevrones (al igual que las eléctricas), conserva el motor 1.6 turbo de gasolina, con 150 CV de potencia, y los cambios respecto a la anterior PHEV (con dos versiones, de 180 y 225 CV) se encuentran en la parte eléctrica. Ahora incluye un motor de 125 CV y una batería de 21 kWh brutos (17,8 kWh netos). La autonomía homologada es de 96 kilómetros; en nuestra unidad de pruebas con la batería cargada al máximo indicaba 88 kilómetros.
El funcionamiento en modo híbrido resulta más eficiente, pues aunque quede batería conecta el motor de combustión en momentos en los que es necesario (por ejemplo, en autopista) y no utiliza por defecto la electricidad, como sucedía anteriormente. Con un depósito de gasolina de 55 litros de capacidad (antes solo ofrecía 43 litros) la autonomía conjunta con gasolina y electricidad se acerca a los 800 kilómetros reales. Las prestaciones están acordes con la potencia que anuncia, por lo que son más que suficientes para cualquier uso.
El nuevo C5 Aircross ya está disponible desde 27.690 euros, precio de la motorización microhíbrida de 145 CV con acabado You; este precio incluye descuento de lanzamiento y descuento por financiar a través de la marca. En el caso del PHEV, la tarifa arranca en 37.590 euros con nivel de equipamiento Plus, ya aplicados los mencionados descuentos; no están restadas las ayudas a las que puede acceder.
Galería de imágenes de la prueba del Citroën C5 Aircross
Fotos: Citroën
































