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sábado, 27 diciembre 2025

Carreteras secundarias: 5 consejos para circular en invierno por ellas y llegar sanos y salvos

Las carreteras secundarias concentran gran parte de los accidentes durante los meses fríos. Hielo, lluvia, escasa visibilidad y trazados complejos aumentan el riesgo. Con estos consejos podrás circular con más seguridad y confianza.

Cuando llega el invierno, las carreteras secundarias se convierten en uno de los escenarios más delicados para los conductores. Son vías menos iluminadas, con trazados más estrechos, curvas cerradas y un mantenimiento desigual que se complica aún más con la lluvia, la nieve o el hielo. Aunque muchos conductores creen que el verdadero peligro está en las grandes autopistas, lo cierto es que la mayor parte de los accidentes graves se concentra en las llamadas «vías convencionales». Y cuando el frío aprieta, esos riesgos se multiplican.

Pese a ello, miles de conductores utilizan a diario este tipo de carretera para ir al trabajo, volver a casa o desplazarse a pueblos cercanos. Por eso, circular por ellas en invierno no solo requiere prudencia: exige anticipación, preparación y una actitud distinta a la que adoptamos en otros entornos. Con estos cinco consejos tendrás más garantías de llegar siempre a tu destino sin sobresaltos.

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La visibilidad lo es todo: si no ves, no circules como si vieras

2025 Hyundai Ioniq 5. Viaje Ezcaray. Imagen carretera.
fuente: propia

La falta de iluminación es uno de los grandes desafíos de la carretera secundaria. Muchas de estas vías carecen de farolas y dependen exclusivamente del alumbrado del vehículo. Por eso, mantener los faros limpios, bien regulados y en perfecto estado es esencial para circular en invierno. Un simple desajuste puede dejarte medio campo visual sin iluminación, algo especialmente peligroso de noche o bajo la lluvia.

Pero no basta con preparar los faros: también hay que adaptar la conducción a lo que ves —o no ves—. Si la niebla aparece, reduce drásticamente la velocidad e incrementa la distancia con el vehículo delantero. En caso de visibilidad muy limitada, detente en un lugar seguro hasta que la situación mejore. Forzar la marcha «porque queda poco» es una de las causas más habituales de accidente en estas circunstancias. Y recuerda: las luces antiniebla delanteras te ayudan a ver, pero la trasera es para que te vean.

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