Personalizar el coche ya no es cosa de unos pocos aficionados al motor. Cada vez son más los conductores que deciden dar un paso más allá del modelo de serie, ya sea para mejorar la estética, ganar confort o adaptar el vehículo a un uso concreto. Llantas diferentes, suspensiones deportivas o pequeños retoques electrónicos forman parte del día a día en los talleres. Pero pocos saben que no toda modificación puede hacerse sin más.
Aunque la ITV esté recién pasada y tenga meses —o incluso años— por delante antes de caducar, hay ciertos cambios que obligan legalmente a volver a la estación de inspección. No hacerlo no solo puede suponer una sanción económica, sino también un problema serio de seguridad y de cobertura del seguro.
3Instalación de neumáticos no equivalentes
Los neumáticos son el único punto de contacto entre el coche y el asfalto, así que no es de extrañar que la normativa sea especialmente estricta con ellos. Se puede montar neumáticos diferentes a los de origen, pero solo si son equivalentes en medidas, índice de carga y código de velocidad.
Cuando no se cumple esa equivalencia, el cambio se considera una reforma de importancia y exige una ITV específica. Muchos conductores cometen este error sin saberlo, pensando que «entran en la llanta» o que el cambio es mínimo. Pero en la práctica, un neumático no equivalente puede alterar el desarrollo, el funcionamiento del ABS o la lectura del velocímetro.








