El cambio de hora es, probablemente, uno de los acontecimientos que generan más polémica en todo el mundo. Siempre se habla de dejar de hacerlo, pero año tras año seguimos afrontando atrasar o adelantar el reloj una hora.
Es lunes por la mañana. Llegas con prisa, te montas en el coche, arrancas y tus ojos van al salpicadero. Nueve de la mañana. Pero tu móvil dice que son las ocho. Durante un segundo, tu cerebro intenta procesar la información. ¿Llego tarde? ¿Llego pronto? ¿Qué día es hoy? Entonces caes en la cuenta: el reloj del coche te la ha vuelto a jugar.
Es normal. Nadie se pasa el día ajustando el reloj del coche. Pero si no es de los que se actualizan solos, te va a tocar hacerlo a mano.
¿Cuándo es el cambio de hora este otoño?

Como es habitual, el cambio al horario de invierno tiene lugar el último fin de semana de octubre. O sea, que hoy por la noche nos tocará de nuevo ajustar nuestros relojes.
La regla es sencilla: a las 3:00 de la madrugada, los relojes deberán atrasarse una hora, volviendo a ser las 2:00. O sea, que esta noche dormimos una hora más. El móvil, el ordenador y tu smartwatch lo harán solos. Pero tu coche es otra historia.
Este ritual, que forma parte de la directiva europea 2000/84/CE que busca (o buscaba) el ahorro energético, nos afecta dos veces al año. Y aunque el debate sobre su eliminación sigue sobre la mesa en Bruselas, de momento, nos toca seguir ajustando relojes. Y el del coche suele ser el más rebelde.
¿Por qué el reloj de mi coche no se cambia solo?

Si tienes un coche relativamente nuevo, es muy probable que no tengas que hacer nada. Estos vehículos suelen tener dos formas de saber la hora exacta sin que tú intervengas.
La primera es a través del sistema de navegación GPS. El sistema de posicionamiento global no solo sabe dónde estás, también sabe qué hora es con precisión. Tu coche recibe esa señal y ajusta su reloj interno de forma automática.
La segunda es a través de la conectividad. Muchos coches modernos tienen su propia tarjeta SIM integrada, están conectados a internet para servicios de emergencia, tráfico en tiempo real o actualizaciones. Al igual que tu móvil, cogen la hora de la red.
Incluso si tu coche no tiene GPS o SIM propios, si usas habitualmente Apple CarPlay o Android Auto, la hora que verás en la pantalla será la de tu teléfono, que sí se actualiza sola.
El problema viene si tu coche tiene más de diez años, o incluso si es más nuevo pero es una versión básica sin pantalla táctil o navegador. Lo más seguro es que su reloj sea un sistema independiente.
Estos relojes no tienen ninguna fuente de datos externa. Se limitan a dar la hora que tú les dijiste la última vez que los ajustaste. Y ahora, te toca volver a hacerlo.
Guía para ajustar el reloj de tu coche

No podemos dar la instrucción exacta para cada uno de los miles de modelos que hay en el mercado, pero casi todos los coches caen en una de estas categorías. Busca la que más se parezca a la tuya.
Los coches de los 90 y principios del 2000 son los más peculiares. Muchos modelos tienen dos botones. Uno pone «H» y otro «M». El problema de este fin de semana es que atrasamos la hora. Si tus botones solo van hacia adelante, te va a tocar pulsar el botón «H» 23 veces para «dar la vuelta» al reloj y atrasarlo una hora. Paciencia.
Otro método común es un botón en la radio que pone «Clock» o «Ajuste». Tienes que mantenerlo pulsado hasta que la hora empiece a parpadear. Una vez parpadea, usas otros botones para cambiar la hora que parpadea. Luego, pulsas de nuevo «Clock» para fijarla.
Un clásico de muchas marcas europeas como Volkswagen, Opel o Seat está en el propio cuadro de mandos. Hay uno o dos pequeños palitos negros que sobresalen. En muchos modelos, tienes que girar uno de ellos hacia la izquierda para ajustar las horas y hacia la derecha para los minutos. En otros, tienes que pulsar el botón hasta que parpadee la hora.
¿ Qué pasa si no haces el cambio de hora en el reloj del coche? Podrías pensar que da igual porque miras la hora en el móvil. Y es cierto, no es el fin del mundo.
El lunes por la mañana, con el estrés de la semana, vas conduciendo y miras el reloj del salpicadero por instinto. Ves una hora incorrecta. Ese pequeño cortocircuito mental te distrae. «¿Llego tarde? Ah, no, que el coche está mal… ¿o el que está mal es el móvil?». Es una distracción innecesaria.
Además, si tienes un navegador integrado, esa hora incorrecta puede afectar a la estimación de la hora de llegada. Puede que el sistema calcule que llegarás a las 10:00, cuando en realidad llegarás a las 9:00.
La verdad es que es una tarea que te llevará, como mucho, cinco minutos. Hazlo con calma, aparcado, y empieza la semana con buen pie y con todos tus relojes sincronizados. No dejes que algo tan simple como un cambio de hora te genere mayor estrés el lunes.








