El Bugatti Tourbillon representa el último capítulo en la evolución de la marca de Molsheim, un hiperdeportivo que hereda un legado de más de 115 años mientras tiene su mirada puesta en el futuro. El último episodio de la serie documental A New Era, disponible en el canal de YouTube de la marca, desvela los secretos detrás de su revolucionario diseño exterior, de la mano de Jan Schmid, diseñador jefe exterior de Bugatti.
“Se trata de encontrar ese punto óptimo entre lo que es un Bugatti y lo que puede llegar a ser en el futuro”, explica Schmid al describir el desafío al que se enfrentó su equipo. El resultado es una obra maestra rodante donde cada superficie, cada línea y cada curva han sido esculpidas con un propósito que va más allá de la estética pura.
La parrilla de herradura se reinventa en el Bugatti Tourbillon
El elemento más icónico de Bugatti, la parrilla en forma de herradura, experimenta en el Tourbillon su transformación más radical. Más baja y ancha que en cualquier modelo anterior, esta pieza fundamental es el nexo entre este automóvil y los primeros deportivos de la marca.
Lo verdaderamente destacable es que esta evolución estilística no sacrifica la funcionalidad. La “herradura” de 2025 es una sofisticada solución para canalizar el aire de la manera más eficiente y aerodinámica posible, de la misma forma que la herradura presente en el radiador del Bugatti Type 13, en 1910, proporcionaba aire para la refrigeración al motor de 1,4 litros y 16 CV.

Schmid y su equipo han conseguido que incluso una matrícula europea encaje perfectamente dentro de las curvas de la herradura, manteniendo tanto la integridad aerodinámica como estructural del conjunto. Es un ejemplo perfecto de cómo el diseño y la ingeniería han trabajado mano a mano en cada milímetro del vehículo.
La línea central, que rinde homenaje a la espina dorsal remachada del legendario Type 57 SC Atlantic, fluye desde el morro hasta la zaga del Bugatti Tourbillon, culminando en la tercera luz de freno integrada en la propia espina. Esta característica no es meramente decorativa; forma parte del ADN visual que hace reconocible a un Bugatti desde cualquier ángulo.
La aerodinámica convierte al Bugatti Tourbillon en una escultura móvil
El perfil lateral del Bugatti Tourbillon revela una silueta dramática con su pronunciada forma de “botella de Coca-Cola”, estrechándose hacia el centro antes de ensancharse sobre los pasos de rueda traseros. Esta curvatura no es caprichosa: celebra las proporciones mientras crea una interacción visual única entre ligereza y fuerza.
En el episodio del documental se nos habla también de la “línea Bugatti”, que arranca desde el pilar A y rodea el habitáculo antes de regresar con precisión hacia la parte frontal remarcando la talonera del vehículo, creando lo que Schmid describe como “una impresión de salto hacia adelante”. Esta línea definitoria no solo acentúa el perfil lateral, sino que también marca la división para el característico esquema bicolor de Bugatti, una firma que se remonta a las primeras creaciones de la marca.

Los faros del Bugatti Tourbillon, compactos pero inconfundibles, se montan en lo que Bugatti denomina “aletas volantes”. Este elemento cumple una doble función: visualmente acentúa el empuje hacia adelante de la carrocería, mientras que funcionalmente canaliza el aire recogido por las zonas laterales inferiores del frontal enviándolo hacia arriba, alimentando los radiadores laterales.
El V16 atmosférico, protagonista visual del Bugatti Tourbillon
En la zaga, el Tourbillon muestra sin pudor su corazón mecánico. El compartimento del motor, abierto a la vista, exhibe el imponente motor V16 atmosférico como una declaración de intenciones. Por encima, un alerón trasero activo se despliega únicamente cuando es necesario, manteniendo las líneas limpias cuando está en reposo.
Los grupos ópticos traseros constituyen otra obra de ingeniería lumínica: más de 124 elementos LED individuales forman un único bloque que traza el contorno trasero de extremo a extremo, con el logotipo Bugatti iluminándose en el centro. Debajo, las salidas de aire evacúan el calor de los radiadores montados lateralmente, mientras que el difusor de montaje alto, que comienza detrás del asiento delantero, es toda una declaración de intenciones, además de un elemento claramente funcional.
A pesar de compartir prácticamente la misma huella que el Chiron, el Tourbillon logra acomodar más espacio para equipaje, un eje delantero eléctrico y complejos conductos aerodinámicos, todo mientras rebaja su altura respecto al suelo. Este logro ejemplifica la colaboración perfecta entre diseño e ingeniería.

Cuando se le pregunta por su elemento favorito, Schmid no lo duda: “Tengo que señalar la forma en que está moldeadas las aletas traseras. De hecho, están inspiradas en las proporciones de las aletas traseras del Veyron, con su amplitud basada en reflejos y la grandeza de las superficies. Estoy particularmente satisfecho con el resultado y cómo otorga fuerza y músculo al coche, mejorando la postura y las proporciones generales”.
Las claves del Bugatti Tourbillon
- El Bugatti Tourbillon reinterpreta 115 años de herencia Bugatti proyectándose hacia el futuro con un diseño revolucionario
- La parrilla de herradura más baja y ancha de la historia mantiene su funcionalidad aerodinámica
- Motor V16 atmosférico visible través del compartimento trasero abierto como elemento estético central
- El perfil lateral del Bugatti Tourbillon adopta la forma de la botella Coca-Cola
- Más de 124 LED individuales forman grupo óptico trasero monobloque de extremo a extremo
- Mayor espacio para equipaje que Chiron pese a incorporar eje delantero eléctrico
- La serie documental A New Era, disponible en canal de YouTube de Bugatti, da más información.

















