La tecnología aplicada al automóvil avanza a un ritmo vertiginoso y, en ese camino, cada detalle cuenta para la DGT. No solo hablamos de motores más eficientes o de sistemas de ayuda a la conducción cada vez más sofisticados, sino también de elementos cotidianos que llevan décadas acompañándonos sin apenas cambios. Uno de ellos es la llave del coche, un objeto aparentemente simple que, sin embargo, puede convertirse en una poderosa herramienta de seguridad vial.
BMW ha dado un paso más en esta dirección con una idea que no ha pasado desapercibida: una llave inteligente que incorpora un alcoholímetro integrado. El concepto es tan sencillo como disruptivo y, según muchos expertos, encaja a la perfección con los objetivos de la DGT en su lucha contra el alcohol al volante. Porque si el coche no arranca cuando no debes conducir, el riesgo se reduce de forma drástica.
1Una llave que va mucho más allá de abrir y cerrar
Durante años, la evolución de la llave del coche se ha centrado en la comodidad. Primero llegaron los mandos a distancia, luego las tarjetas inteligentes y, más recientemente, las llaves digitales integradas en el smartphone. BMW ha decidido darle una vuelta de tuerca y añadir un componente clave: la prevención activa de la conducción bajo los efectos del alcohol.
La idea es que la propia llave incorpore un pequeño sensor capaz de medir la tasa de alcohol del conductor antes de permitir el arranque. El proceso sería rápido y sencillo: soplar en la llave o acercarla al rostro para una medición indirecta. Si el sistema detecta un nivel superior al permitido, el coche simplemente no arranca. Una solución directa, sin margen para excusas.








