Belén es experta en movilidad y conoce perfectamente cómo han cambiado nuestras carreteras en los últimos años. También las perspectivas de futuro y cómo lo seguirán haciendo en los próximos. Y tiene claro que «llegará un día en que por las autovías y autopistas tendrás que ir a 100 o a 80 km/h como mucho».
Su opinión está basada en un patrón que ya ha empezado a detectar en algunos tramos de autovías y autopistas españolas, en las que no siempre podemos circular a 120 km/h. De momento no existe ninguna norma ni nada parecido que nos obligue a circular a 80 o a 100 km/h, pero los expertos en movilidad sí que han detectado que cada vez hay más tramos en los que se ha reducido la velocidad máxima permitida.
A veces, por la densidad del tráfico, la meteorología de la zona, la alta siniestralidad del tramo… Y de ahí que cada vez el modelo de la DGT vaya orientado más hacia los límites de velocidad variables que ya hemos podido ver en algunas autovías y autopistas españolas. En ningún caso nos permitirán circular a 150 km/h, como ya han afirmado muchos en redes sociales, solo que mantendrán o reducirán el límite de velocidad legal según las circunstancias. Tan ‘fácil’ como aplicar el sentido común y si una situación no nos permite circular a 120 km/h, levantar el pie del acelerador.
¿Por qué algunas autovías están reduciendo sus límites de velocidad?

Belén y otros expertos en movilidad han identificado una tendencia creciente en España. Algunas autovías y autopistas han reducido su velocidad máxima de 120 a 100 km/h en algunos tramos por un aumento de los accidentes. En otros lugares han entrado en juego los límites variables, con tramos que descienden incluso a 70 u 80 km/h con niebla, lluvia intensa o tráfico denso.
«La velocidad influye, claro, pero no podemos convertirla en el único villano», explica. Según datos de la DGT, la velocidad está presente en 1 de cada 4 siniestros mortales en carretera y de ahí que este 2025 se hayan sumado nuevos cinemómetros a las carreteras españolas. Pero Belén apunta también a otros elementos, como el estado del firme, la señalización, la saturación en horas punta o el desgaste de vehículos que circulan sin un buen mantenimiento.
Además, la experta cuestiona que esta tendencia vaya siempre en línea con lo que ocurre en Europa. En otros países, los límites son algo más elevados, al menos en situaciones favorables, como ocurre en Francia con límites de 130 km/h en la mayoría de tramos de autovía y autopista.
Todos estos factores, cree Belén, provocan un efecto ‘curioso’, porque muchos conductores levantan el pie del acelerado porque no tienen clara la velocidad permitida. «Si dudas de cuál es el límite, reduces por prudencia», añade.
¿Conduciremos más despacio en las autovías?

No es tan descabellado que en un futuro no podamos pasar de 80 o 100 km/h en las autovías, al menos en algunos tramos. Belén observa que cuando algún tramo suele provocar muchos problemas, la primera respuesta suele ser reducir el límite de velocidad, al menos temporalmente.
También señala que debemos estar atentos a cómo evolucionen ciertos argumentos. Si la siniestralidad sigue siendo alta en ciertos corredores, el ruido genera quejas y los sistemas de control son cada vez más precisos, es probable que Tráfico actúa de manera más contundente.
«Lo que creo que veremos es un mayor protagonismo de los límites dinámicos, adaptados en tiempo real», anticipa. Es un modelo que si se confirma que funciona, permitirá adaptar la velocidad real sin necesidad de reducir per se la velocidad en ciertos tramos.







