En Madrid, hablar de aparcamiento es hablar de conflicto diario. La falta de plazas, un tráfico cada vez más denso y la continua expansión de la ciudad han hecho que instalar parquímetros sea, para muchos vecinos, la única solución viable. En barrios como Opañel, Abrantes o Pueblo Nuevo, la petición es un clamor: sin regulación, se sienten invadidos por coches que llegan de otras zonas donde ya existe el estacionamiento regulado.
El ‘efecto frontera’ ha convertido las calles en un gran aparcadero improvisado. A medida que el Ayuntamiento ha extendido el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) a nuevas áreas, la presión se ha trasladado a los barrios limítrofes, saturándolos y complicando el día a día de los residentes. Ciudadanos que ahora exigen medidas inmediatas para poder estacionar en sus propios vecindarios.
3Pueblo Nuevo: el desbordamiento de Ciudad Lineal

Pueblo Nuevo, en el distrito de Ciudad Lineal, vive una situación similar. El SER llegó en 2022 a barrios cercanos como Ventas, Quintana, San Pascual o Colina. Sin embargo, zonas como Pueblo Nuevo quedaron inicialmente fuera de la regulación, lo que ha derivado en un desplazamiento masivo de vehículos.
La asociación La Vecinal de Bilbao y Pueblo Nuevo asegura que el barrio sufre especialmente en las calles cercanas a Alcalá y al cementerio de la Almudena, donde cada vez resulta más complicado aparcar. Muchos vecinos ya votaron en favor de los parquímetros en consultas previas, aunque estas no fueran vinculantes, y ahora reclaman que el Ayuntamiento cumpla con la mayoría.