Una marca que seguro que reconoces por sus coches o por ser la del aire acondicionado de tu casa acaba de dar un paso muy diferente en su estrategia. Hablamos de Mitsubishi, que ha comprado algunas de las principales autovías del norte de Portugal, las mismas que cogen miles de españoles para llegar a la ciudad de Oporto.
Acaban de hacerse con el control de las principales vías del norte luso a través del brazo financiero Mitsubishi UFJ Financial Group (MUFG). La operación, aprobada por la autoridad de competencia portuguesa, coloca al gigante nipón al frente de la gestión de las autovías A27 y A28, que comunican Oporto, Viana do Castelo, Ponte da Lima y Caminha.
A priori, parece un movimiento muy alejado de sus ‘operaciones’ habituales, pero sí que encaja bien con la tendencia actual. Los grandes grupos del sector lo que quieren es controlar la movilidad en su conjunto, y eso va desde la energía hasta las infraestructuras.
Además, es un buen negocio para Mitsubishi, pues estas autovías son las principales del litoral norte de Portugal, y la alternativa más económica a la AP-9 gallega o a la A-3 por Braga. De hecho, ahora mismo su peaje es de poco más de un euro (frente a más de 9 euros de otras rutas) y parte de sus tramos han quedado liberados en los últimos meses.
Este gigante ahora manca en las autovías del norte de Portugal

El grupo japonés tiene intención de expandirse por Europa, y el movimiento del Mitsubishi UFJ Financial Group es un paso más dentro de esta estrategia. A través de su fondo First Sentier Investors, el banco ha adquirido las concesionarias de las A27 y A28 —DIF 4 y Fados II—, además de la A22 del Algarve. Así, el grupo se hace con parte del control de las rutas que conectan Portugal con Galicia y con el resto de la Península.
Son vías bastante importantes para los conductores españoles. Por ejemplo, la A28 (junto al Atlántico) es la que más utilizan los que viajan desde Galicia hasta Oporto o a las playas del Algarve. El tráfico ha crecido de forma notable después de que a principios de año se eliminaran algunos peajes, como consecuencia de una medida que aprobó el Parlamento luso para fomentar el transporte regional y el turismo transfronterizo.
Entonces, ¿por qué ahora el movimiento Mitsubishi con estas tres autovías? La movilidad está cambiando en todo el mundo (electrificación, conducción autónoma, nuevos modelos de negocio), así que les interesa controlar infraestructuras. Por tanto, además de participar en la fabricación en sí de coches, también están presentes de alguna manera en las autovías por las que circulan. Y las autopistas suelen ofrecer ingresos relativamente estables.
Además, Mitsubishi se ha adelantado a Globalvia, la empresa española que controla Audasa y la AP-9 gallega, pero finalmente fue la empresa japonesa la que lo consiguió. No ha trascendido el importe de la operación, pero sí que se sabe que las ofertas previas rondaban los 330 millones de euros.
Peajes, concesiones y negocios en las autopistas

No es la primera vez (ni será la última) que un grupo decida comprar autovías para su gestión. Cada vez son más las compañías vinculadas al mundo del motor que están ampliando su radio de acción hacia otros campos relacionados, como infraestructuras, energías renovables o aparcamientos inteligentes.
El MUFG, sin ir más lejos, ya controló hasta hace poco la empresa de aparcamientos Parkia en España, además de invertir en energías limpias a través de Finerge y Magestop. También muestra un cambio de tendencia, porque los viejos concesionarios de autopistas (con tarifas normalmente desorbitadas) dejan paso a un modelo más flexible en el que el Estado accede a liberar tramos.








